Espot ha sido como un tatuaje a color. De los que incluso puedes ver en él distintas figuras. Por la variedad de sensaciones, de recuerdos y de piel de gallina generados. Para una medio pallaresa del Jussà, descubrir lugares en el Sobirà tiene su encanto. Y ese descubrimiento este verano ha sido con este pueblo.
Situado al pie mismo del Parque Nacional de Aigüestortes, paraíso natural indiscutible. No es solo un pueblo de paso o de turistas. No. Hay que pasear por sus calles, admirar sus vistas, sus huertos, sus ventanas a la espera del invierno.
En agosto voy al Pirineo, a Espot, a un hotel donde he puesto la biblioteca de mi padre y otros muchos libros. A mí me encantan las bibliotecas de hoteles. Esto lo he visto mucho en Inglaterra, en Italia. La gente deja un libro, otro lo coge… Ahí he puesto todo Simenon, libros franceses y alemanes. Le pedí a Marsé que me diera sus novelas en húngaro, y luego Vila-Matas me las ha dado en ruso, y mi hijo que está en Budapest me ha traído toda Agatha Christie en húngaro y está todo ahí.
Fragmento extraído de la Revista Clarín. Joan de Sagarra fue entrevistado por J.J. Ordovás en septiembre de 2007. Efectivamente, todos esos libros que menciona y más se encuentran allí. Todos los libros de su padre están en ese saloncito con vistas al jardín del hotel. Tras el vidrio hay un tesoro de papel. Esta que os escribe, ahí sentada, pensó en la gozada que sería compartir un ratito con él en uno de esos sofás. Preguntarle el porqué de esos libros y no otros. El porqué de su selección. Y una piensa hasta en instalarse ahí todo un verano y estudiar esos estantes y pasar entre ellos horas y días. ¿Por qué no? Queda anotado en la lista de sueños por cumplir…