Esqueleto ladrón. Pablo Albo / Lucía Serrano.

Por Matilda @Matildalibros

   Esta es la noche del miedo, la de los fantasmas, las brujas y los vampiros. La noche en que se abre la puerta del mundo entre vivos y muertos y algunos de los habitantes de aquel lado vienen a visitarnos.
   Ya sabéis que yo soy miedosa y que, aunque me gustan estas cosas, no se me ocurrirá ver una película de terror cuando todo esté oscuro ni leer ninguna historia de fantasmas excesivamente seria, tal vez vea una peli de monstruos simpáticos, eso sí, con palomitas, mantita y mis lanas. En fin, por no olvidarnos de las visitas que ya se están preparando para cruzar la puerta.

   Como yo soy así siempre me sorprende y me hace gracia cuando algún niño me comenta que los libros de miedo para ellos no son de miedo de verdad y que no asustan nada. Seguramente tengan razón, por eso yo este año he buscado un libro que dé miedo de verdad y que sea bastante terrorífico. No sé si lo he conseguido pero la verdad es que me ha parecido que Esqueleto ladrón reunía bastantes cualidades para serlo.
   Por un lado, un niño que no puede dormir porque escucha ruidos extraños en su casa, por el otro, un esqueleto que tiene frío y que necesita cubrirse con la carne de otra persona... No os quiero contar más para no estropearlo pero dejadme que os diga que el final es absolutamente inquietante.

   Me ha gustado este libro porque mezcla el humor y el terror, tanto por su contenido como por su formato e ilustraciones, en tonos oscuros, con un toque de verde y con ilustraciones entre simpáticas y aterradoras, la historia que nos narra es de esas que podrían ponernos los pelos de punta pero que, por cómo está tratada, quita algo de hierro al asunto. Nos asusta, sí, pero con calma. Supongo que eso se debe a que no encontramos un esqueleto malo malísimo y a que, en cierta forma, entendemos su comportamiento.
   En cualquier caso, es un libro para niños valientes, que hoy tengan ganas de pasar aunque sea, un poquito de miedo.

   Y como todos andaréis muy liados, entre disfraces, calabazas, huesitos de santo y castañas, a nosotros no nos queda más que desearos un feliz puente y una noche todo lo terrorífica que cada uno quiera.