Esta Navidad será un paseo con este planificador infalible que acabo de diseñar

Por Mavele


Tengo una confesión qué hacer: soy malisíma para organizar reuniones y fiestas. Mi proceso es más o menos así: 
Me imagino una velada hermosa, con una mesa con flores naturales, mantel de lino, algunas velitas para dar cálidez, platos de cerámica vintage y copas de cristal (no de vidrio) impecables. Todo sencillo y natural. 
La casa limpia y los baños relucientes, las papeleras vacías, jabón, toallas, perfumador, todo luce pulcro y dan ganas de quedarse a vivir ahí dentro.

Fuente: Pinterest

Imagino a mis amigos bañados, vestidos y perfumados, al llegar los recibimos con un coctel hecho por Juan, el aire acondicionado a 22˚C, la casa inundada por el aróma del lomo de cerdo relleno de manzanas que tengo en el horno. El postre está en la nevera desde ayer y luce perfecto, como sacado de Pinterest. 

La gente saluda, nos sonreímos con esas sonrisas grandes que solo ofrecemos a la gente que realmente nos gusta ver (esas que te sacan patas de gallina y hacen que los ojos brillen) y nos abrazamos fuerte. Estamos felices de reencontrarnos, de ponernos al día, de ver nuestras caras, de recordar todos los momentos compartidos, de intentar, por enésima vez, descifras los misterios de la naturaleza humana...


Yo me imagino radiante, con las uñas limpias y recién pintadas, algo de maquillaje que se vea natural y con el cabello suelto, brillante y suavecito. Mis rizos están como de publicación de Instagram.

Fuente: Pinterest

Todo luce acogedor y solo basta disfrutar de la velada, nada de dar carreras una y otra vez a la cocina que parece una zona de guerra, nada de recibir a los invitados sudada y sin cambiarme la ropa, nada de sentarme a la mesa con el delantal sucio y manchado, despeinada y sin maquillaje. Nada de tener que pedirle a mis amigos que me ayuden a picar la cebolla, ni que me ayuden a poner la mesa, ni que se sirvan ellos mismos el vino que, por cierto, olvidamos (de nuevo) enfriar con tiempo. ¡Nada de tener que ir a buscar el servilletero despues de que todos estamos sentados ya comiendo! grrrrr.

Así imagino mi mesa: como la de Tieghan Gerard de Half Baked Harvest


Nadie mejor que yo sabe cómo hacer que una velada, en principio agradable y sencilla, se convierta en una de las mayores fuentes de estrés que un ser humano pudiera experimentar en la vida.Y mejor no me extiendo con la comida, porque solo a mi se me ocurre probar por primera vez esa receta, que está señalada con dificultad "muy alta" en el nuevo libro que compré, ¡tres horas antes de recibir a la visita!Por eso diseñe este panificador de Navidad que tiene todo lo necesario para que no te pase lo que a mi. ¿Qué cómo sé que funciona? ¡porque lo probé yo misma! y debes creerme que si a una persona como yo le ha funcionado no hay manera en el mundo de que no te funcione a ti.

Comencé haciendo un checklist super útil, que sugiero empezar a llenar un mes antes (sí, un mes antes) de la reunión, pero luego vi la necesidad de agregar más cosas: una ficha para probar recetas, un espacio para apuntar todas las ideas ANTES de empezar (y no el último día), un planificador de presupuesto, un calendario, un formato de invitación digital, menú imprimible que puedes editar tu misma en Canva (con instrucciones, por su puesto) y hasta playlists de música y tarjetitas de agradecimiento que puedes imprimir y poner a esos recuerditos hechos con tus propias manos y que entregarás a tus amigos a la hora de despedirse.

Si puedes imaginarlo (y planificarlo) puedes hacerlo

Fuente: Pinterest


Total que una cosa llevó a otra y ahora mi planificador cuenta con 24 páginas que puedes imprimir (o ver digitalmente) para que tus niveles de ansiedad bajen y puedas, por primera vez en tu vida, disfrutar de una reunión agradable, sin estrés, sin juicios (porque nos juzgamos duramente nosotras mismas por no cumplir con nuestras expectativas) y, sobre todo, memorable. Porque de eso se trata: de construír día a día momentos felices a los cuales acudir luego, cuando la vida o las circunstancias nos llevan en el otro sentido.
Acércate a ver qué bonito ha quedado seguro tus fiestas esta temporada resultarán increíblemente hermosas (y sin tanto estrés).

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