No basta ser un padre o madre "buenos".
No basta creer que el hijo les tiene confianza.
La confianza se merece y se gana. Y se mantiene, porque no es un bien fijo.
Si hasta ahora no lo han hecho, comiencen con carácter de urgencia.
La confianza no es sólo para compartir asuntos muy importantes o problemas muy graves. La confianza se cultiva en el día a día.
Den muestras de querer compartir ustedes con sus hijos. Lo que vean conveniente, lo que vean útil. A veces basta con expresar un sentimiento o una idea.
Expresar no es imponer.
Caso contrario, ustedes nunca sabrán lo que su hijo siente o vive. Y él perderá la ocasión de tener la oportunidad de compartir con alguien que lo quiere y tiene mucha más experiencia que él.
Y recuerden que no es fácil confiar en padres que se alarman por todo, que se molestan por todo, que nada les parece bien, tienen conducta agresiva o quejosa, o padres que le cuentan todo a todo el mundo.
*Si observan algo preocupante, consulten en su escuela para buscar apoyo.