Después de mi pequeña aventura en el hospital, por fin pudimos salir en dirección a Cusco 4 días después.
El vuelo fue muy tranquilo, a veces te puede tocar alguna turbulencia, pero por suerte no fue asi. Al llegar a Cusco, ya te esperan fuera los taxistas que buscan turistas para llevar al hotel que hayas reservado o ellos te proponen alguno... si, así es, los taxistas, la mayoría, tienen o trabajan para alguna agencia de viaje. En nuestro caso este tenía su propia agencia así que nos recomendó un hotel al que nos llevó (importante 2 cosas, llegar a un hotel en cuanto antes, ya que te dan mate de coca, bebida muy necesaria para calmar el mal de altura y segundo pero no menos importante, yo soy peruano y se cómo moverme en Perú y tengo un radar innato a los timadores, cosa que no quiere decir que no me pase, pero eso... hay que tener cuidado). Ahí pudimos descansar, mirar la habitación y comparar el precio con otras que habíamos visto, al final resultaba más barata y mejor ubicada (cabe recalcar que ya había estado 2 veces en Cusco). Junto con el mate de coca, vino la explicación de los tours que ofrecía nuestro taxista/agente. Después de explicarnos con precios y todo, quedamos en pensar que haríamos y darle una respuesta. Para no alargar la historia, lo que nos ofrecía estaba muy bien, te incluía todos los tours de Cusco, incluido Machu Picchu, hoteles hostales, bus a Puno, tour en el Lago Titicaca, y finalmente un bus a Arequipa, pero todo esto se los contaré más adelante.
Por supuesto que salía más caro que hacerlo por tu cuenta, pero no mucho más y tenían los transportes ya listos, no tenías que hacer nada por tu cuenta, te recogían y llevaban al hotel, vamos, después de nuestro viaje por el mundo... nos apetecía algo más así.
El primer día es recomendable no hacer nada, si no estás acostumbrado a la altura, es muy pesado, y te mareas muy facilmente, que son 3400 msnm. Aprovechamos el día para ir de paseo tranki por la ciudad, visitando iglesias y lugares importantes. Así como también, aprovechar de hacer las compras de los souvenirs. Ya habría tiempo para ir de un lado a otro cual turista. Y así hicimos... visitando algunos de los monumentos y zonas históricas de la misma ciudad del Cusco.
Aprovechamos también de ir a ver un espectáculo de danza típica de Perú. Esta entrada está incluía en una entrada general que se tiene que comprar para acceder a algunos monumentos históricos como el Sacsayhuaman, así que hay que aprovecharlos también.
Al día siguiente ya nos tenían preparado el bus que nos llevaría a los monumentos de alrededores. Un poco como guiris, pero que comodidad jaja. Obviamente, el más impresionante de todos... el Sacsayhuaman
Por supuesto, nosotros esperamos a escuchar alguna indicación e historia de las ruinas antes de separarnos por completo de nuestro grupo e investigar por nuestra cuenta. Lo más importante, ya que habíamos leído por nuestra cuenta, es saber a qué hora se va el bus
Y este fue nuestro segundo día, es bastante cansado, ya que son varios monumentos a casi 4000m.s.n.m. y eso cansa a cualquiera. Así que a descansar un poquito, buscar un lugar nuevo para cenar y a dormir que al día siguiente habría más.
A la mañana siguiente saldríamos hacía Pisac y el Valle Sagrado, Pisac, además de un pueblito con ruinas sagradas, es un mercadillo de artesanías hechas por los lugareños, muy típico de Perú, aunque ahora ya han subido los precios, cosa que hizo que nos llevaran a otro parecido. Aquí pueden aprovechar de hacer algunas compras de souvenirs.
Y por supuesto, Ollantaytambo. Además de ser la ciudad desde donde sale el tren hacia Aguas Calientes (pueblo a las faldas de Machu Picchu), posee unas preciosas ruinas.
Esta última foto es un sistema de fuentes creada por los Incas, con un simple roce con los dedos en la parte superior de la piedra, el chorro se para, y cuando vuelves a pasar el dedo, el chorro se hace mayor... bastante tántrico jajaja
Podríamos habernos quedado en Ollantaytambo para salir hacia Machu Picchu, pero volvimos a Cusco, para hacer una última incursión, pero esta vez a un par de sitios que yo tampoco conocía. Maras y Moray.
Esta vez fue más personal, nos fuimos en un coche particular atravesando los andes camino a nuestra primera parada, Maras, que es un yacimiento de sal. Pero durante el camino pasamos por varios pueblos pequeños, que para nuestra gran sorpresa, alguno estaba de fiesta popular, asi que paramos un momento para disfrutar con ellos y hacer algunas fotos mas.
La competencias muy graciosas, se lo pasaban super bien entre ellos y con una gran comilona popular.
Continuamos nuestro viaje a través de los pueblos hasta que llegamos a un paisaje muy distinto, amarillo, blanco y otros colores que destacaban entre las montañas de los Andes. Llegábamos a Maras.
Después de recorrer el yacimiento, continuamos nuestro viaje hacia Moray, con destino final Ollantaytambo.
Moray son una serie de andenes circulares, concéntricos, que como ven, cada anden tiene una altura aproximada de 1.7 m. Se supone que el centro de los círculos están llenos de energía, por lo que bajamos a aprovecharnos de ella, ya que habíamos perdido mucha al bajar XD
Y ahora?... pues Ollantaytambo, a coger el tren para ir a Aguas Calientes, tras unas horitas de viaje. Aguas Calientes es un pueblo, pequeño, y en realidad lo era más aún hace 6 años, que fue la última vez que fui. Era un pueblo que solamente tenía construcciones a un lado de las vías del tren. Ahora lo rodea por completo y crece más aún hacia arriba, con tiendas donde te puedes abastecer. Aquí pasaríamos la noche para salir a la mañana siguiente (muy temprano) hacia Machu Picchu, ya que nuestra entrada incluía la subida al Huayna Picchu, a las 5.30am en pie.
A diferencia de años atrás, ahora hay unas colas impresionantes para coger los buses que te llevan arriba, también lo puedes hacer a pie, llena el alma, pero cansa mucho el cuerpo. Lo bueno de llegar tan pronto arriba es disfrutar de las ruinas completamente a solas, y especialmente como lo pudo ver Ana por primera vez, con una suave niebla que iba cubriendo las ruinas que se asomaban tímidas, mostrándonos su belleza.
Aprovechamos esos minutos antes que empezáramos a subir al Huayna Picchu (montaña joven) que es la montaña grande que se ve al fondo de las típicas fotos del Machu Picchu (montaña vieja). Machu Picchu está a menor altura que Cusco, 2430 m.s.n.m. aprox., pero aún así y después de 5 días en Cusco, se nota la altura... y mucho!
La subida es muy dura, y se tarda alrededor de una hora en subir hasta la cima, pero sinceramente vale la pena. Una vez estas arriba se te pasa todo el cansancio.
Aquí la cara de contentos que minutos más adelante se transformarían... no beban zumos como los de mango o melocotón, que sientan muy pesados al estómago... si, al bajar a las ruinas todo bien, hasta que empezamos a hacer el recorrido y tuvimos que separarnos del grupo por nuestro blanco semblante que nos mató...
Ahí ven a mi pobre amore, triste después de bajar del Huayna Picchu. Pudimos recorrerlo por nuestra cuenta, pero mucho después de nuestra hora programada, teníamos que descansar si o si. Aunque lo repetiríamos.
Vale, vale, quizás no...
Terminamos la ruta de las ruinas y volvimos a nuestro hostal 12h después, cansados en extremis, y con solo un par de horas para pillar el tren a Cusco, pero fue llegar a la estación y casi desfallecer, a mi me había afectado el estómago pero no tanto como a Ana, hasta ese momento. Decidimos pillar el tren, en Ollantaytambo nos esperaban con nuestro coche particular para volver a Cusco, un camino que se nos hizo eterno, por suerte pudimos dormir un poco antes de llegar al hotel. Al día siguiente teníamos nuestros tickets para salir hacia Puno, pero llamamos a nuestro agente, que pudo cambiar los pasajes para el siguiente día, asi pudimos descansar y recuperarnos... por suerte, ya que el camino hacia Puno va de subida, pasando por puntos que rozaban los 5K de altura.
Así terminaba nuestra incursión en Cusco, es la tercera vez que voy y no dejo de decir lo bello que es mi país. Aquí les dejamos las fotitos de esta etapa.