Cientos de picotas como la de la foto (que esta en El Pozo de Guadalajara) se construyeron a la entrada o en el centro de la mayoría de las poblaciones españolas desde el siglo XIII hasta los albores del XIX. En ellas se colocaban las cabezas de los ajusticiados para que el escarnio sobre ellos siguiera después de su muerte. También eran expuestos los culpables de delitos menores tras ser atizados para que toda la población los viese, se mofase de ellos y quedara advertida de lo que les podía pasar si delinquían. Por esta exposición pública para vergüenza de los ajusticiados usamos la frase poner (o estar) en la picota cuando nos referimos a alguien que esta en una situación de descrédito por haberse hecho públicos sus defectos o faltas, tal y como nos dice el DRAE. Hablando un poco mas sobre las picotas comentar que existen dos tipos de monumentos muy parecidos a ellas pero que no se deberían confundir, aunque es difícil ya que en muchas poblaciones usan uno u otro nombre según la tradición, aunque propiamente no sea el correcto. Por un lado tenemos los rollos jurisdiccionales, cumplían una misión idéntica a las picotas en cuanto exposición de los reos y ajusticiados, pero sobre todo indicaban que la población era una villa o ciudad, y no una simple aldea, es decir que tenia alcalde y por tanto posibilidad de juzgar por si misma a los malhechores. Con estos rollos es con los que hay la confusión que comentaba en el párrafo anterior, en muchos sitios se llama picota a los rollos o rollos a las picotas, y no es sencillo hoy en día saber que es lo que verdaderamente eran cuando se construyeron. El otro monumento al que hacia mención son los cruceros, que son columnas de piedra sobre las que se colocan cruces del mismo material. Aquí no hay confusión, ya que la cruz indica claramente que no es una picota o rollo, pero resulta que muchos de los cruceros que podemos ver son en realidad picotas reconvertidas. Tras promulgar la Constitución de 1812 (que en unos días cumplirá doscientos años) las Cortes de Cádiz dieron orden de destruir todas esta picotas ya que eran símbolo de vasallaje y servidumbre. Pero en muchos lugares no quisieron desprenderse de ellas y les pusieron una cruz convirtiéndolas en piadosísimos cruceros. También es verdad que en otros muchos sitios las dejaron tal cual sin mayores problemas, ya que a la vuelta de Fernando VII y el absolutismo volvieron a estar permitidas, e incluso se construyó una en 1817. Espero que os haya gustado la historia y si no ustedes disimulen y no me pongan en la picota.
La idea para la entrada de hoy me la sugirió mi mujer tras ver un debate en televisión sobre las múltiples corruptelas que sacuden la actualidad española. Por cierto, hablando de mi mujer, me gustaría recomendar a los habituales de este blog (y también a los visitantes esporádicos) el precioso comentario que dejó en mi entrada número cien, esta de los últimos, firmado como anónimo y empieza diciendo: Me asomo al "taller" y te veo... con solo acordarme se me vuelve a poner un nudo en la garganta.
Volviendo al tema, en el mencionado debate se decía que se había puesto en la picota a las mas altas instituciones del estado. ¿Y a que picota se refiere esa frase?. Pues mas o menos a una como esta.
Cientos de picotas como la de la foto (que esta en El Pozo de Guadalajara) se construyeron a la entrada o en el centro de la mayoría de las poblaciones españolas desde el siglo XIII hasta los albores del XIX. En ellas se colocaban las cabezas de los ajusticiados para que el escarnio sobre ellos siguiera después de su muerte. También eran expuestos los culpables de delitos menores tras ser atizados para que toda la población los viese, se mofase de ellos y quedara advertida de lo que les podía pasar si delinquían. Por esta exposición pública para vergüenza de los ajusticiados usamos la frase poner (o estar) en la picota cuando nos referimos a alguien que esta en una situación de descrédito por haberse hecho públicos sus defectos o faltas, tal y como nos dice el DRAE. Hablando un poco mas sobre las picotas comentar que existen dos tipos de monumentos muy parecidos a ellas pero que no se deberían confundir, aunque es difícil ya que en muchas poblaciones usan uno u otro nombre según la tradición, aunque propiamente no sea el correcto. Por un lado tenemos los rollos jurisdiccionales, cumplían una misión idéntica a las picotas en cuanto exposición de los reos y ajusticiados, pero sobre todo indicaban que la población era una villa o ciudad, y no una simple aldea, es decir que tenia alcalde y por tanto posibilidad de juzgar por si misma a los malhechores. Con estos rollos es con los que hay la confusión que comentaba en el párrafo anterior, en muchos sitios se llama picota a los rollos o rollos a las picotas, y no es sencillo hoy en día saber que es lo que verdaderamente eran cuando se construyeron. El otro monumento al que hacia mención son los cruceros, que son columnas de piedra sobre las que se colocan cruces del mismo material. Aquí no hay confusión, ya que la cruz indica claramente que no es una picota o rollo, pero resulta que muchos de los cruceros que podemos ver son en realidad picotas reconvertidas. Tras promulgar la Constitución de 1812 (que en unos días cumplirá doscientos años) las Cortes de Cádiz dieron orden de destruir todas esta picotas ya que eran símbolo de vasallaje y servidumbre. Pero en muchos lugares no quisieron desprenderse de ellas y les pusieron una cruz convirtiéndolas en piadosísimos cruceros. También es verdad que en otros muchos sitios las dejaron tal cual sin mayores problemas, ya que a la vuelta de Fernando VII y el absolutismo volvieron a estar permitidas, e incluso se construyó una en 1817. Espero que os haya gustado la historia y si no ustedes disimulen y no me pongan en la picota.
Cientos de picotas como la de la foto (que esta en El Pozo de Guadalajara) se construyeron a la entrada o en el centro de la mayoría de las poblaciones españolas desde el siglo XIII hasta los albores del XIX. En ellas se colocaban las cabezas de los ajusticiados para que el escarnio sobre ellos siguiera después de su muerte. También eran expuestos los culpables de delitos menores tras ser atizados para que toda la población los viese, se mofase de ellos y quedara advertida de lo que les podía pasar si delinquían. Por esta exposición pública para vergüenza de los ajusticiados usamos la frase poner (o estar) en la picota cuando nos referimos a alguien que esta en una situación de descrédito por haberse hecho públicos sus defectos o faltas, tal y como nos dice el DRAE. Hablando un poco mas sobre las picotas comentar que existen dos tipos de monumentos muy parecidos a ellas pero que no se deberían confundir, aunque es difícil ya que en muchas poblaciones usan uno u otro nombre según la tradición, aunque propiamente no sea el correcto. Por un lado tenemos los rollos jurisdiccionales, cumplían una misión idéntica a las picotas en cuanto exposición de los reos y ajusticiados, pero sobre todo indicaban que la población era una villa o ciudad, y no una simple aldea, es decir que tenia alcalde y por tanto posibilidad de juzgar por si misma a los malhechores. Con estos rollos es con los que hay la confusión que comentaba en el párrafo anterior, en muchos sitios se llama picota a los rollos o rollos a las picotas, y no es sencillo hoy en día saber que es lo que verdaderamente eran cuando se construyeron. El otro monumento al que hacia mención son los cruceros, que son columnas de piedra sobre las que se colocan cruces del mismo material. Aquí no hay confusión, ya que la cruz indica claramente que no es una picota o rollo, pero resulta que muchos de los cruceros que podemos ver son en realidad picotas reconvertidas. Tras promulgar la Constitución de 1812 (que en unos días cumplirá doscientos años) las Cortes de Cádiz dieron orden de destruir todas esta picotas ya que eran símbolo de vasallaje y servidumbre. Pero en muchos lugares no quisieron desprenderse de ellas y les pusieron una cruz convirtiéndolas en piadosísimos cruceros. También es verdad que en otros muchos sitios las dejaron tal cual sin mayores problemas, ya que a la vuelta de Fernando VII y el absolutismo volvieron a estar permitidas, e incluso se construyó una en 1817. Espero que os haya gustado la historia y si no ustedes disimulen y no me pongan en la picota.