¿Está siempre cansado o sin fuerzas? ¿Le falta energía? ¿No puede levantarse de la cama por la mañana? Estos pueden ser síntomas de problemas de salud serios y no deberían descartarse a la ligera. Pero si ya ha ido a ver a su médico y le ha dicho que no tiene ningún problema importante, podría ser que lo único que necesita es un estímulo a corto plazo.
Para esa recuperación ocasional, mucha gente está recurriendo al sorprendente nutriente llamado co-enzima Q10 (CoQ10). Se ha demostrado en muchos estudios que el CoQ10 es muy útil en la producción de energía y en muchas otras situaciones como en las afecciones periodontales, en cardiopatías, en trastornos inmunitarios, obesidad, longevidad en general e incluso mejora el rendimiento deportivo.
La clave para comprender cómo actúa el CoQ10 se encuentra en la célula humana. Cada célula del cuerpo requiere la presencia de CoQ10 para convertir los alimentos en energía. La presencia de una concentración óptima de Co-Q10 en la célula asegura una eficiencia óptima en la producción de energía.
Por supuesto, a medida que nos hacemos mayores nuestra capacidad para producir CoQ10 disminuye y aumenta la necesidad de utilizar suplementos en la dieta. Es posible obtener una cierta cantidad de CoQ10 de nuestros alimentos, especialmente de la ternera, pollo y cerdo, pero los alimentos tienden a perder su contenido de CoQ10 con el procesamiento y el almacenamiento.
Sin embargo, si elige tomar un suplemento de CoQ10 y ya tiene un nivel óptimo, probablemente notará muy poca diferencia. De todas formas, no se conocen efectos secundarios o problemas toxicológicos a largo plazo asociados con la ingesta de CoQ10.
Pero si tiene una producción baja de CoQ10, probablemente notará un aumento importante de sus niveles de energía tras la suplementación.