Esteban Vicente. Testigo y autor

Por Lparmino @lparmino

Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, Segovia
Fotografía: Zarateman - Fuente

Sólo la iniciativa privada ha salvado al Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia mantener sus actividades e, incluso, sus puertas abiertas. En este asunto, sin duda, lo más preocupante es la dejación de las autoridades administrativas públicas que habían asimilado sin demasiado pesar su papel de meros espectadores de la agonía del museo segoviano. Poco parecía importar que la institución, dedicada a uno de los, quizás, más importantes artistas españoles de la segunda mitad del siglo XX, cerrase sus puertas. De nuevo, la producción pictórica de Esteban Vicente quedaría reducida a divertimento de unos pocos privilegiados con la suficiente liquidez como para poder adquirir algunas de sus obras en el mercado del coleccionismo privado. Aunque siempre tendríamos la posibilidad de visitar la sala dedicada al artista segoviano en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, centro que rindió homenaje al pintor a través de una gran muestra retrospectiva en 1998; el mismo año en que abrió sus puertas su museo en Segovia.

 
El descubrimiento español de Esteban Vicente fue tardío. Relacionado con la causa republicana, vivió toda la etapa de la dictadura franquista en el exilio, en Nueva York. De hecho, en 1940 obtuvo la nacionalidad estadounidense y desde sus primeros años en el país estuvo en muy estrecho contacto con los círculos artísticos y académicos norteamericanos.

Esteban Vicente en una reciente exposición colectiva
en Oporto, Portugal, 2009
Fotografía: Ausinciruelos - Fuente

Este doble carácter ha marcado la visión que se tiene del pintor segoviano. Desde España, se ha tendido a relacionarle insistentemente con el expresionismo abstracto de Nueva York, con nombres como Pollock, Rothko o de Kooning. Incluso llegó a compartir estudio con este último. Sin embargo, la visión desgarrada, cruel y violenta de estos pintores nunca llegaría a calar hondo en la estética del segoviano. En su obra el colorismo le servía de complemento visual con un profundo transfondo conceptual. Sus obras no eran tan pasionales ni tan impulsivas como las de sus compañeros neoyorquinos. Cada uno de sus lienzos era profundamente meditado y trataba de revestirlo de un componente teórico que diese profundidad a cada cuadro. Pero Esteban Vicente es, ante todo, un hombre que bebe de la tradición, de la que nunca reniega. Los críticos norteamericanos no dudan un solo ápice en afirmaciones tan tajantes y sin ningún de tipo de ambages relacionan al segoviano con los grandes maestros de la pintura española de todos los tiempos: los clásicos de nuestro Siglo de Oro, o los más vanguardistas de la Escuela de París. Quizás, las muchas visitas al Museo del Prado acompañado por su padre influyesen de forma tajante en toda su carrera artística.

Actividades educativas en el Museo
Fotografía: Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente
Segovia - Fuente

Esteban Vicente, casi centenario, nació en 1903 y murió en 2001, fue protagonista privilegiado de las revoluciones artísticas del siglo XX. Desde muy temprano fue consciente de su vocación artística y desde Segovia llegó a Madrid para estudiar escultura en la escuela de Bellas Artes de San Fernando. Allí entró en contacto con todos los autores que conformarían la generación poética del 27 y con ellos realizaría sus primeras incursiones en el mundo del dibujo y la pintura, disciplinas por las que abandonaría la escultura. Más tarde, en París, realizó un proceso de inmersión pleno en las vanguardias pictóricas, entablando amistad con creadores como Picasso, Ernst o Braque. Y fue la contienda civil española la que precipitó su marcha a Nueva York, entrando en contacto con la primera generación del expresionismo abstracto norteamericano del que muchos consideran componente con plenos derechos. Sólo la vuelta a la normalidad democrática en España permitiría el regreso del pintor a nuestro país sucediéndose a partir de entonces los reconocimientos oficiales y artísticos.
Pero su biografía no puede resumirse como mero espectador de todo el devenir, acelerado y muchas apresurado, incluso a trompicos, del arte internacional del siglo XX. El mismo fue uno de sus principales protagonistas, creador infatigable entregado por completo a la creación y a la innovación continua. Su campo de experimentación, el color, se convirtió en el lienzo donde plasmar todas sus reflexiones, metódicas y pausadas, muy elaboradas, lo que le diferenciaba de sus compañeros, atormentados en exceso.
Luis Pérez Armiño
Campaña de ayuda al Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente