Mis últimas semanas han sido muy intensas, se han juntado una serie de factores y fueron un poco caóticas. Por un lado, el cambio de oficina, que como muchos ya sabréis por mis redes sociales ha llevado tiempo y ha supuesto un considerable agotamiento, no solamente por la mudanza en si, sino por todo lo que conlleva este proceso, ubicarte, dejar apartado el trabajo en cierto modo, colocar… Todo lo que supone adaptarte. Por otro lado, el agobio por la cantidad de trabajo que se iba acumulado durante esos días y que por mucho que intentase sacar adelante era absurdo porque los días no me daban para mas. Y para rematar la faena, todo esto coincidió con un curso de estilismo que realicé y al que tenía que dedicar la mayor parte del día, por lo que parte de la tarde-noche la dedicaba a adelantar algunos asuntos de trabajo y del blog. Os imagináis el panorama, ¿no? Jajaja, ahora me río pero en su momento no me hizo mucha gracia. El esfuerzo mereció la pena, llevaba tiempo queriendo hacer ese curso y por nada del mundo iba a renunciar a aprovecharlo al máximo.
Mucho fue lo que aprendí esos días, un curso orientado a saber crear armonía en los espacios, aprender a componer, descubrir trucos y claves del estilismo, utilizar diferentes elementos, pautas de fotografía y como broche final realizar una producción de estilismo, la parte más creativa, donde sientes y te dejas llevar por las sensaciones que cada espacio es capaz de transmitir y al que intentas dar vida.
Tuve unas estupendas compañeras de proyecto, y desde el primer día formamos un buen equipo (Carmen, Ana y Fina), desde aquí os digo, una vez mas, que fue un placer trabajar con vosotras. Nos tocó representar un hogar de estilo nórdico, basado en la Navidad, un casa vivida, donde sus protagonistas eran un matrimonio y sus dos hijas. El estilismo refleja la vida e historia de cada uno de ellos, donde encontramos pinceladas que reflejan sus gustos e inquietudes y nos hace imaginar como son los personajes.
Hubo que realizar un gran trabajo en poco tiempo, estructurar la producción, analizar el espacio donde tendría lugar, ver diferentes posibilidades, decidir cual sería la distribución mas adecuada, seleccionar producto, búsqueda del mismo, aprovechar recursos, disponer detalles, así como realizar presentaciones del proceso, un trabajo conjunto que realizamos con mucha ilusión y cuyo resultado sorprendió .
Por eso, no quería dejar pasar la oportunidad de compartir con vosotros este proyecto, del cual me siento orgullosa y creo que os puede servir de inspiración para dar un aire nórdico a la decoración de vuestro hogar. Como podéis comprobar optamos por la utilización de pallets, que están súper de moda y son capaces de dar vida a diferentes objetos, reutilizamos algunos elementos, optamos por una mesa cuidada donde se aprecian sugerentes bodegones, intentamos en todo momento transmitir calidez, utilizando para ello textiles y el uso de madera encargados de generar esa sensación, y por supuesto tratamos de aprovechar la estupenda entrada de luz natural de la que disponía la estancia.
Espero que os haya gustado y me encantará conocer vuestras opiniones sobre el resultado final.
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