Los más atrevidos y con menos prejuicios a la hora de montar su refugio, sabrán apreciar el encanto de unos materiales con carácter que no tienen nada que envidiar a otros más convencionales o habituales.
Para empezar, vamos a apreciar el encanto de las texturas en estado “puro” ¿Hay una pared de ladrillo visto? Aprovéchala, puedes dejar el ladrillo desnudo con su color original, o pintado.
Si el muro esta algo desconchado, se trata con un producto sellador, y sobre el, aplicaremos el color escogido, o dejaremos esta textura a la vista.