¿Qué utilizas para escribir en tu día a día? Probablemente es un lápiz o un bolígrafo estilo BIC o “merchandising”. Estos bolis suelen durar hasta que alguien se los lleva o se acaba la tinta. En teoría se puede reemplazar la carga de tinta. En la realidad los bolis que ya no escriben acaban en la basura, sustituidos por un nuevo bolígrafo. Y aunque tú no hayas gastado ni un céntimo en este nuevo producto (ya que lo cogiste en el banco, el hospital, la oficina de al lado…), ha sido producido para una vida muy corta. Hasta que se agote la tinta.
Mi solución personal para este dilema: el regreso a la pluma estilográfica.
La pluma estilográfica: cuestión de estilo
Siempre me ha gustado escribir, ya sea por ordenador o en papel. En mi país es habitual que los niños aprendan a escribir con plumas y solo a partir de cierta edad se permiten los bolígrafos en las escuelas. La pluma ayuda a desarrollar una letra bonita, ya que exige escribir con más cuidado y más atención. Por esta misma razón es perfecta para utilizarla en todos los escritos que merezcan una atención especial.
Así que pasé a utilizar la pluma para todos mis escritos. Si es digno de ser anotado, es digno de ser tratado con estilo: la firma de un contrato, las tarjetas de navidad, las anotaciones de una reunión. La pluma les da un toque especial.
Cartuchos recargables: sostenibilidad por escrito
Para recargar tu pluma puedes recurrir a los cartuchos ya cargados o puedes comprar un cartucho recargable y unos botes de tinta. Yo suelo quedarme con el azul o con el negro, aunque nada impide recargar la pluma en verde, rojo, lila, o cualquier otro color. No es necesario cambiar de cartucho recargable, si no te molesta que haya una transición al pasar de un color a otro .
La ventaja es clara: con cartuchos convencionales el único residuo es el cartucho de plástico, que es mucho más pequeño que un boli BIC. Con cartuchos recargables tan solo tendrás que cambiar el bote de color de vez en cuando. Y estos suelen ser de cristal.
Tu personalidad: una insignia que se adapta a tí
Mi pluma fue una inversión y me durará muchos años. Como todas las plumas tiene una peculiaridad muy interesante: conforme más la utilizas, más se adapta a tí. Por esta razón vale la pena escoger una pluma de calidad: la punta se impregna de tu personalidad (tu forma de escribir, la fuerza con la que la utilizas, el ángulo en el que utilizas la pluma) y se adaptará a tí . Nadie podrá llevar la misma pluma con tanto estilo como tú, y ninguna otra pluma te acariciará la mano de la misma forma.
Por supuesto que una pluma de calidad también tiene otra ventaja: me la quedo. A diferencia de los bolígrafos nadie se la lleva ni yo la dejo descuidada en cualquier lugar. Es mía y seguirá acompañando mis contratos, mi agenda, mis actas de reuniones y mis cartas (de amor, amistad y despedida).
Estilo, sostenibilidad y personalidad… ¿qué más le puedo pedir a una herramienta de trabajo diario?
¿Con qué escribes?
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Imagen: kartikay.sahay / flickr