Estimado Google

Por Dolega @blogdedolega

Querido Google:

No sé cómo te has enterado que he llegado a la edad de 55 años. Supongo que por las veces que he tenido que poner mi fecha de nacimiento en los cientos de formularios que he rellenado por internet.

Cierto es que en algunos he mentido, incluso ha habido en los que le he puesto que tengo 25 primaveras, año en el que estuve especialmente buena y atractiva y claro, lo recuerdo con especial cariño.

Como te decía, no sé cómo te has enterado pero veo que la publicidad que me enseñas mientras navego por internet ha cambiado sustancialmente y quisiera hacerte algunas pequeñas aclaraciones.

No sufro incontinencia urinaria a pesar de tener dos hijos. A lo mejor es porque fueron cesárea, ó vaya usted a saber qué ejercicios, desconocidos en el siglo pasado, he estado practicando para mantener mi suelo pélvico en plena forma, pero el caso es que los anuncios de compresas anti fugas urinarias no me sirven de nada, en serio. Con los salvaslip de toda la vida voy más que servida.

No me tiño el pelo. Lo tengo blanco pero estoy muy orgullosa de ello y es que me aburrí de los tintes a los 31 años cuando acabé con la carta de colores de mi peluquería, así que por favor elimínalos.

Mis rodillas estás bien, deja de darme la chapa con las píldoras de cartílago de tiburón porque no las pienso comprar. Ya bastantes cartílagos comemos en algunos restaurantes de comida rápida, como para meternos al cuerpo los de los tiburones.

No uso tanga pero tampoco esas bragas/camiseta/cuello vuelto que me enseñas. Eso no son unas bragas, son batamantas así que un poquito de por favor, que uno tiene su dignidad y sobre todo, su sentido de la estética.

Ya que sabes tanto de mí, deberías saber que estoy en el paro, que se me ha terminado la prestación y que por obra y gracia de Mariano Rajoy ya no tengo derecho al subsidio para mayores de 55 años, así que no tengo un puñetero duro para viajar por muchos descuentos que me hagan en las agencias de viajes. Cuando salgan viajes “gratis total”  me avisas.

Esta me pone de especial mal humor:

A ver San Google que todo lo sabes, como coños voy a estar interesada en una hipoteca inversa si todavía no he terminado de pagar la original ¡listo, que te pasas de listo!

Además pienso dejarle la deuda al Niño y que la siga pagando él cuando el Consorte y yo nos vayamos al otro barrio. No es que seamos malos padres es que no queremos se relaje, ya me entiendes. Así que por favor, deja de insertarme anuncios de ese tipo.

Veo que han desaparecido por completo los anuncios de portales de citas, contactos y buscador de parejas. Que sepas que me parece fatal, porque el consorte y yo estamos planeando “darnos espacio” una temporada como dicen los modernos y claro, necesitaremos ampliar nuestros horizontes sentimentales. ¡Que no sé de donde te sacas que a nuestra edad ya no interesan según qué cosas, joder! Bien que te acuerdas de los pegamentos para dentaduras postizas.

Con lo de las residencias para la tercera edad me entra la risa floja. Si dentro de poco no vamos a poder pagar la hipoteca, como demonios vamos a poder pagar la residencia “de cinco estrellas con servicios de hotel” ¿Tú flipas? Con un poco de suerte tendremos que alquilar la casa, por supuesto en economía sumergida, e irnos a vivir a los trasteros del garaje, mientras le metemos photoshop a la foto del currículum para ver si podemos encontrar un trabajo y cotizar los 40 años que nos faltan para la pensión mínima.

Así que olvida tus parámetros y céntrate en la situación real de las personas mayores de 55 años y en las de este país en particular.