¿Esto es amor o pasión?

Por Clotilde Sarrió Arnandis @Gestalt_VLC

Algunas veces, lo que creemos que es amor no es más que un cóctel explosivo de atracción física con unas gotas de cariño y lealtad sentimental, en el que predomina la amistad y el sexo a secas por encima de lo que se confunde con amor.

Amor y pasión.¿Por qué se confunde el amor  con la pasión?

Tal vez sólo por instinto de supervivencia, por justificación y también para conservar la cordura en medio de una pasión irrefrenable, un tramo de espacio y de tiempo durante el cual dos personas se atrevieron a creer que el otro era el amor de su vida. Y tal vez así fuera. O tal vez no, porque pasión y amor, a veces van de la mano, pero de ningún modo son lo mismo.

Es posible la pasión sin amor y también el amor sin pasión, incluso pueden coexistir la pasión y el amor juntos como la mejor combinación que, desafortunadamente, muy pocas parejas consiguen mantener más allá de la fase inicial de su relación.

Como sentimientos que son, resulta difícil describir la pasión y el amor y tal vez existan tantas definiciones como personas los sientan. Parece por ello más recomendable recurrir a una serie de generalidades que con frecuencia comparten quienes en algún momento de sus vidas han experimentado el amor y la pasión.

El amor

En ciertos aspectos, el amor nace de la toma de consciencia por parte del individuo de la falta de algo, es una sensación de incompletud  que les hace sentir imperfectos, inacabados, propiciando la necesidad de enamorarse de alguien que llene sus vacíos y complete sus carencias.

Haré un paréntesis para matizar que en el contexto de este artículo sólo vamos a referirnos al amor romántico, ese amor que lleva implícito a partes iguales tanto el deseo de amar como el de ser amado, como si dos personas siguiesen siendo dos en su individualidad pero consiguieran —por el amor— convertirse en una.

Pero, consideremos que el amor romántico es un sentimiento deseable y saludable cuando se vive con una intensidad que no rebase ciertos límites que alcanzan su cota más alta en el cortejo y las primeras etapas de la relación y convivencia, pero se convierte en utopía si se alberga si se pretende convertir el romanticismo en una meta perpetua.

La idealización en el amor romántico alimenta la creencia en una proyección a la perfección que es mas bien inexiste, e igualmente propicia una serie de mitos cuyo no cumplimiento hace sentir desgraciados a quienes no llegan a encontrar en su vida a supareja ideal. Es por ello que conviene ser realista y poner a este sentimiento en su contexto, siendo que desde el punto de vista social, se tiende a la idea equivocada de que nadie puede ser completamente feliz si deja pasar su vida sin haber encontrado a la persona que la complemente.

Uno de los tópicos más frecuentes es el de vincular la soltería con la infelicidad, sin considerar que además del amor al otro (o a la otra) hay un amor importantísimo sin el cual la felicidad plena es posible, y este amor es aquél que, sin rebasar los límites del egoísmo o el narcisimo, posibilita una saludable autoestima en el ser y el sentir.

El amor romántico es una fuente de inmenso bienestar, consecuencia del flujo bidireccional de afecto  en su más amplia acepción entre dos personas que se quieren, pero también es cierto que nadie puede hacer feliz a quien no es feliz por si mismo.

La pasión

La pasión guarda más relación con aquellos acontecimientos relacionados con ciertos impulsos de nuestro cuerpo ante los cuales la voluntad es tan pasiva que acaba por desaparecer.

La pasión es una especie de arrebato, una predisposición brusca hacia un estado afectivo en el que el detonante que lo activa llega a crear un desequilibrio psicológico.

En realidad, más que una emoción, desde un punto de vista antropológico la pasión podemos considerarla como un fuerte impulso vinculado a la predisposición biológica a la reproducción, que si bien surge asociado al impulso sexual, es muy distinto a éste.

¿Es lo mismo la pasión y el deseo sexual?

La respuesta es no. Valga como referencia que pasión y deseo sexual están localizados en dos áreas diferentes del cerebro.

¿Es la pasión un sentimiento?

La respuesta es difícil, pues la pasión es una consecuencia del erotismo humano, una emoción homologable a un fuerte sentimiento hacia otra persona (también hacia una idea, una temática o un objeto) que casi sería mejor considerarla como una emoción intensa que expresa el deseo por alguien o por algo, y tiene connotaciones emocionales muy diversas.

Además, neurofisiológicamente  la pasión es una respuesta a estímulos olfativos, sabores, sonidos, etc. Hay una tendencia del ser humano a identificar la pasión como una predisposición al juego sexual y un instinto primitivo. Es por ello que resulta muy difícil incluirla en el campo de las emociones.

No obstante, si la estudiamos como hacemos con las emociones, la pasión es muy parecida a una compulsión, un impulso que crece a partir del deseo y se manifiesta arrasando hasta el extremo de ser destructiva por su caprichosa, intensa e irracional necesidad de ser satisfecha.

Si la pasión surge simultáneamente en dos personas que están juntas, el inconsciente asocia esta pulsión con otras áreas cerebrales donde radica la necesidad de reproducción y perpetuación de la especie y las consecuencias son explosivas.

Evolución del amor y la pasión

En  el principio de una relación romántica, la pasión llega a ser muy intensa, tanto que predispone a volverse obsesivo respecto a la otra persona. No obstante, conforme pasa el tiempo y progresa la relación de pareja, van disminuyendo los niveles de pasión al mismo tiempo que, si la relación progresa, se consolida un amor profundo en el que la seguridad de cada uno de los componentes va adquiriendo más seguridad sin la urgencia dependiente de mirar al otro y estar con él o con ella.

En contra de lo que muchos desearían, la pasión no es eterna y conforme la relación se consolida va dando paso  a un cúmulo de emociones y sentimientos más sosegados y mucho menos impulsivos.

Podríamos decir que la pasión es la fuerza del deseo sexual, el arrebato que se alía con el instinto de perpetuar la especie, una compulsión que calma la obsesión que se experimenta por la persona deseada a la que puede ser también se ame, aunque esto no sea imprescindible para que la pasión se manifieste.

Sin embargo, el amor es una fuerza más benigna, más dócil, un impulso provechoso, edificante y creador que surge con el encuentro, se nutre con la frecuentación y la constatación de los sentimientos del otro, y posibilita el crecimiento personal de ambos tanto individual como también en el desarrollo y maduración de la pareja.

Para evitar decepciones y desmitificar la edulcorada versión que del amor romántico dan las obras literarias y cinematográficas, hay que tener claro que cuando se inicia una relación es normal —también gratificante— el deseo de estar junto a la persona amada, al tiempo que se experimenta una euforia que nos colma de felicidad al sentir la convicción de haber encontrado el amor de nuestra vida.

No obstante, esto no es más que una etapa que con frecuencia se atenúa con el paso del tiempo, por la misma razón que la pasión que se siente al principio de la relación es fugaz aunque mientras se experimenta va asociada a la sensación de que será eterna.

Conclusiones

La pasión va asociada a una etapa inicial de la relación de pareja, tiene fecha de caducidad que varía según cada caso, se caracteriza por la atracción y el deseo hacia la otra persona, y mientras dura nada parece más importante que la relación en la que se está ciego ante los defectos del otro y se vive en la fantasía utópica de poder superar todos los obstáculos para que lo que se siente en ese momento jamás se desvanezca.

Por otro lado, el amor es un sentimiento que nace de una comprensión empática de lo que cada componente de la pareja desea y necesita. Se prefiere el bien del otro al propio y es permanente y sin caducidad la actitud  de ayuda y colaboración con la persona amada mientras el amor se mantiene vivo. El amor verdadero es mucho más que la pasión, y no simplemente un estado emocional que el tiempo desvanece hasta hacerlo desaparecer.


Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia

Bibliografía:

– Ferry, L. (2013) “Sobre el amor: una filosofía para el siglo XXI. Barcelona. Paidós 

– Fromm, E. (1984) El Arte de Amar: una investigación sobre la naturaleza del amor.B. Aires. Paidós.

–  Herrera Gómez, Coral. (2011). La construcción sociocultural del Amor Romántico. MadridFundamentos

– Ortega y Gasset, J. ((2001)). Estudios sobre el amor. Madrid. Alianza

Este artículo está escrito por Clotilde Sarrió Arnandis y se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España 

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