No podemos decirte “no te estreses” como solución al problema, pues sabemos que eso no sirve de nada. Sin embargo, si que podemos aconsejarte que trates de aprender a manejar el estrés. Si bien has de extremar los cuidados que le dedicas a tu piel para que los problemas que puedan surgir no empeoren, no podemos ignorar el factor psicológico.
Aprender a comprender de dónde surge tu estrés y, a partir de ahí, poder controlarlo junto a las emociones negativas, es fundamental. ¡Acude a un profesional sin dudarlo si crees que la situación te viene grande! Algunos expertos apuntan a una revisualización y replanteamiento de la situación estresante, al menos para tratar que el problema no se agrave.
Ante todo, has de ser capaz de identificar si los recientes problemas que aprecias que está sufriendo tu piel provienen de momentos de estrés. Pregúntate si algo en tu vida ha cambiado, y si es así plantéate cómo solucionarlo.
Si el estrés está afectando a tu piel, confía en profesionales, extrema los cuidados que le dedicas a tu cutis y procura que la afección no se extienda.