Esto, esto es la vida

Por Pequedetalles

Son las 0:21 horas, hace apenas cinco minutos que me he sentado en el sofá, hemos cenado a horas indecentes para ser martes, miro a mi lado y esta Fer intentando dormir a Ana, la tenemos con mocos y no hay quien la duerma, es agotador y de fondo suena Enrique y Ana. Entonces, es cuando me pregunto, ¿volveremos a tener una vida normal?, en la que cenábamos pronto y podíamos disfrutar de ver la tele después de cenar, tampoco puedo evitar preguntarme si esto de que nuestra hija no duerma es culpa nuestra, los hijos de mis amigas duermen a horas decentes y ellos cenan a las 22,00 de la noche, ¿me podéis decir el secreto?.De repente oigo una llamada desde le silencio, hemos desarrollado durante estos once meses la forma de llamarnos desde el silencio, me giro y es Fer que me dice que por fin se ha dormido y que si la llevo a la cuna, es en ese momento cuando se acopla en mi regazo cuando me doy cuenta que mi vida ha cambiado, y la verdad es que estoy encantada, que ese instante vale millones, que las noches sin dormir, los horarios de locos dan igual, si esta es la recompensa. Y sí, no lo puedo evitar, cuando vuelvo al sofá, dispuesta a disfrutar de mi momento sofá del día aunque sea breve, me pongo a repasar y a ver por enésima vez las fotos y vídeos del día, y sin darme cuenta me sale esa sonrisa tonta que da la felicidad de ser madre. Y mientras, pienso en el menú y la decoración de la fiesta de su primer cumpleaños, la fecha se acerca, y tiene que ser una fiesta en toda regla, no se cumple el primer año siempre, y como me ha dicho la pediatra esta tarde, el día de su cumple tiene que comer tarta, mancharse de chocolate y chuparse los dedos, porque al final la vida es eso, disfrutar de estas cosas. Y sí, cuanto ha cambiado mi vida, ahora ya no hay salidas improvisadas, tampoco hay fiesta hasta la madrugada, los caprichos ya no son para mi. Ahora me preocupo por hacer papillas caseras, las mejores, jugar hasta caer rendidas y cantar sus canciones favoritas. Y es que una sonrisa suya es el mejor regalo, verla aprender hacer algo es un chute de energía y ver como intenta una y otra vez ponerse de pie me hace sentir orgullosa porque no tira la toalla. Y entonces, es cuando me digo a mi misma que si hay días en los que duerme tarde, si hay días sin siestas, o días en los que todo sale al revés, no pasa nada, no es que seamos malos padres, somos los padres que somos y lo hacemos lo mejor que sabemos y podemos, cada uno tiene sus circunstancias y cada uno lo hace como cree que es la mejor manera. Mis manos siguen esperando un rato para que las cuide un poquito, mi pelo necesita un poco de cuidado extra para dejar de llevar coleta todos los días y mi cara un extra de mascarilla de luminosidad, pero todo eso puede esperar, mi pequeña crece y no se detiene y yo no me quiero perder nada, porque al final, esto es la vida. Un beso fuerte MuakkkksssssAnaFoto via Pinterest