Estrategia e incertidumbre, o la derrota de La Roja

Por Jlmon



Aunque parezca mentira, creo que soy uno de los dos o tres de este país que no sabe apenas nada de fútbol aunque irremediablemente he seguido las peripecias y desgracias de “la roja” al otro lado del Atlántico.Hace algunos días, contemplaba atónito como la nueva versión de la naranja mecánica pasaba por encima a los chicos de España. Lo de ayer con Chile, simplemente fue un deja vu de esos que se juega sobre seguro.Hoy todo el mundo se pregunta el qué, por qué, cómo y hasta cuándo ha podido ocurrir este desastre sin igual. Me imagino que se podrán encontrar múltiples explicaciones de carácter deportivo, pero personalmente, tuve datos suficientes en el partido con Holanda para poder realizar un pre diagnóstico sin demasiado margen de error y que podría sintetizarse en dos palabras: estrategia e incertidumbre.Visto desde fuera me da la ligera impresión de que en esto del futbol hay mucha táctica y poca estrategia y, de igual manera, hay excesiva tendencia a confiar en la seguridad que da lo conocido que lo mejor por conocer. Ambas cosas, dan como resultado que los cambios se acaban produciendo por necesidad, nunca por oportunidad. Pero, no crean, esto que digo no es putativo del arte balompédico ya que podemos aplicárnoslo al resto de actividades que practicamos en esta vida post moderna.Tomen como ejemplo esta historia de la Innovación. No lo duden que innovamos, pero con una ligerilla trampa ya que nos centramos en algo tan seguro y facilón como la “innovación de base tecnológica” y no me vengan con la historia de que se trata de apuestas estratégicas, tendencias globales y patatas con chorizo. Nadie discute que hay que innovar en el sector energético, biomédico, robótico y hastanano marciano. Pero, siempre hay un pero, y qué ocurre con el factor humano, ¿dónde está la innovación en personas? Pues eso, mucha táctica y poca estrategia.Cuando se hace lo de siempre, se llega donde siempre. Fue una auténtica revolución aquello del walkman, pero las cosas son revolucionarias cuando dejan de serlo inmediatamente y a otra cosa mariposa. Las montañas no se suben para llegar a la cumbre sino para divisar dónde demonios está la siguiente montaña.Decían ayer los comentaristas aquello de “despedimos a la mejor generación de futbolistas de la historia” aunque añadían “no hay que preocuparse porque en el banquillo espera la siguiente”. Y al oírlo se me ocurría aquello de “¿y a qué esperan en el banquillo?No, no crean, no es una desgracia peninsular. Ahí esta IBM engullido por Gates y este por Jobs y este que en paz descanse, vaya a saber usted por quien. Las montañas se suben para descubrir nuevos retos y si te quedas a desayunar en la cumbre, no te quejes si para cenar te tocan las sobras del que ya está bajando.Como les decía al principio, de esto del fútbol apenas se casi nada, pero todavía me queda algo de olfato para discernir entre seguridad y riesgo, rutina sublime y estrategia oportuna. Al que abre camino todos le siguen, pero si continua por el mismo camino al final se encuentra perdido.
Amen