Estudiar idiomas mejora la salud del cerebro

Por Camilo Camilo Acosta @camiloacos

El ser bilingüe podría ser mucho más ventajoso de lo que imaginas. ¿La razón? De acuerdo con un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, el hablar dos idiomas aumentaría la flexibilidad mental y fortalecería el cerebro.

Los investigadores realizaron dos estudios con el objetivo de evaluar qué tan activos están en la mente de un sujeto bilingüe, los idiomas o lenguas que conoce y domina. En el primer experimento les solicitaron a 27 personas que hablaban inglés y español, que leyeran 512 frases escritas en los dos idiomas y alternadas entre sí. En el documento también había palabras que sonaban y parecían similares en ambas lenguas. La prueba consistió en leerlas lo más rápido y preciso posible, y sin cometer errores. Para el segundo experimento se realizó el mismo procedimiento, pero con todas las oraciones redactadas en un mismo idioma.

Los investigadores concluyeron que en las personas bilingües, los idiomas se mantienen activos en todo momento, lo cual permite que los puedan procesar al mismo tiempo. Pero eso no es todo, también pueden alternarlos sin interrupción alguna entre sí.

Pero, ¿de qué manera se beneficia el cerebro con dicha acción? Según Judith F. Kroll, profesora de Psicología, Lingüística y Estudios de las Mujeres de la Universidad Estatal de Pensilvania, el cambiar de un idioma a otro en forma constante favorece el fortalecimiento del músculo mental y, con ello, la función ejecutiva del cerebro se optimiza.

¿Qué significa esto? Dicho en otras palabras y según lo explica un artículo publicado en el diario The New York Times, el fortalecimiento de la función ejecutiva brinda más capacidad para controlar el entorno. ¿Por qué? Sucede que dicha función se puede comparar con un centro de mando encargado de dirigir los procesos de atención utilizados para solucionar problemas y planificar.

Pero eso no es todo. También estaría relacionada con otros procesos mentales más exigentes, como el ignorar distracciones para mantener la concentración, el cambio de la atención voluntaria de una cosa a otra, y la posibilidad de mantener información en la mente, como por ejemplo, el recordar una secuencia de direcciones mientras conducimos un automóvil.

En ese sentido la investigación es importante, ya que demuestra que contrario a lo que se pensaba a lo largo del siglo XX, el bilingüismo no obstaculiza el desarrollo cognitivo, es decir, no afecta o impide el desarrollo académico e intelectual, en especial durante la infancia.

Investigaciones previas también han demostrado que el hablar más de un idioma mejora ciertas funciones cerebrales. Por ejemplo, un estudio realizado por la doctora Nina Kraus de la Universidad de Northwestern y reseñado en el portal de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) concluyó que los niños bilingües tienden a ser mejores que los monolingües en las multitareas.

Otra investigación que resalta los efectos positivos del bilingüismo, según lo informó un artículo publicado en el diario The New York Times, fue la realizada por un grupo de científicos de la Universidad de San Diego. Ellos concluyeron que en las personas de la tercera edad con mayor dominio de dos idiomas, parece existir una menor o más tardía incidencia de síntomas relacionados con la demencia senil y el Alzheimer.

Fuentes: The New York Times,Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, Universidad Estatal de Pensilvania.

Estudiar un idioma aumenta el tamaño de ciertas regiones cerebrales, ha revelado un estudio llevado a cabo en la Academia de Traductores de las Fuerzas Armadas de Suecia.

En esta Academia, personas jóvenes con facilidad para las lenguas pasan de no tener conocimiento alguno sobre idiomas como el árabe, el ruso o el dari, a hablarlos con fluidez en solo 13 meses. Para conseguirlo, emplean todo el tiempo del día y de la semana en el estudio de dichos idiomas.

Por esta razón, este entorno fue el escogido por investigadores de la Universidad de Lund, en Uppsala, para analizar los efectos sobre el cerebro humano del aprendizaje de un idioma en un corto periodo de tiempo.

Los científicos usaron en su experimento a los reclutas de la Academia de Traductores de las Fuerzas Armadas de Suecia, y también a un grupo de control formado por estudiantes de ciencias cognitivas y de medicina de la Universidad de Umea, es decir, por personas que estudiaban mucho pero no idiomas.

El cerebro crece con el aprendizaje
Según publica la Universidad de Lund en un comunicado los individuos de ambos grupos fueron sometidos a escáneres de imagen por resonancia magnética funcional (IRM), una técnica no invasiva que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro. Los escáneres fueron realizados antes y después de los tres meses de estudio intensivo de idiomas de la Academia.

Los resultados de estas pruebas demostraron que, mientras que la estructura de los cerebros de los individuos del grupo de control permaneció sin cambios después de este periodo, partes específicas de los cerebros de los estudiantes de idioma sí habían crecido.

Las partes cerebrales que aumentaron de tamaño fueron el hipocampo, una región localizada en la parte medial del lóbulo temporal del cerebro que está relacionada con el aprendizaje y la orientación espacial; y tres áreas de la corteza cerebral.

“Nos sorprendió que diferentes partes del cerebro se desarrollaran en grados diversos, dependiendo del rendimiento de los estudiantes y del nivel de esfuerzo que estos habían dedicado al curso”, afirma Johan Mårtensson, investigador de psicología de la Universidad de Lund y co-autor del estudio.

En concreto, los estudiantes con un crecimiento mayor del hipocampo y de áreas de la corteza cerebral relacionadas con el aprendizaje del lenguaje (el giro temporal superior) presentaron mejores habilidades lingüísticas que el resto de los estudiantes de idiomas.

Además, aquellos estudiantes que se habían esforzado más en aprender, presentaron un mayor crecimiento en una parte de la región motora de la corteza cerebral (el giro frontal medial).

Las regiones cerebrales en las que todos estos cambios tuvieron lugar están relacionadas con la facilidad para aprender idiomas, y presentaron variaciones acordes con el rendimiento individual de los estudiantes, explican los científicos.

Una buena manera de mantener el cerebro en forma
En 2010, otro estudio sobre lenguaje y cerebro reveló que la enfermedad del Alzhéimer tiene un desarrollo posterior en personas bilingües o multilingües.

Realizado por la psicólogo de la Universidad de York en Toronto, Canadá, Ellen Bialystok, esta investigación fue realizada con 102 pacientes con Alzhéimer y bilingües, así como con 109 personas con este mismo trastorno, pero monolingües.

Los resultados obtenidos revelaron que a los individuos bilingües se les había detectado el Alzhéimer, como media, cuatro años después que a los monolingües, según publicó la revista Neurology.

Sobre esta otra investigación, Johan Mårtensson comenta: “Aunque no puedan compararse tres meses de estudio intensivo de idiomas con toda una vida de bilingüismo, hay muchos elementos que sugieren que el aprendizaje de lenguas es una buena manera de mantener el cerebro en forma”.

Referencia: Growth of language-related brain areas after foreign language learning, Johan Mårtensson, NeuroImage, Volume 63, Issue 1, 15 October 2012, Pages 240–244.