No han cambiado mucho las cosas. En todo caso de abusos sexuales infantiles es mandatorio realizar pruebas diagnósticas de ETS. Y la contraria también es cierta: en todo caso de ETS infantil hay que establecer el diagnóstico y la consiguiente denuncia de abusos sexuales.
Pero hay que ir aún más allá. Conviene establecer las necesarias medidas preventivas de los efectos a largo plazo de la ETS en las víctimas de abusos. Una de ellas es la vacunación contra el virus del papiloma humano.
La revista Lancet nos lo recuerda en un artículo del pasado noviembre: HPV vaccination for victims of childhood sexual abuse.
En el texto, además, se menciona que las víctimas de abusos sexuales tiene además otros riesgos de carácter más “social”, como puede ser la promiscuidad, la ausencia de medidas preventivas, el abuso de alcohol y tabaco, en períodos ulteriores de su vida (http://www.who.int/publications/cra/chapters/volume1/0000i-xxiv.pdf).
Hay que estar alerta.
X. Allué (Editor)