Sara Pérez Jerónimo
Periodista
Permitid elegir a los europeos. Ese es el lema escogido por la Asociación Europea de Bioindustrias (EuropaBio) para defender e impulsar una campaña a favor de la defensa de la libertad de elección de todo ciudadano europeo ante los cultivos y alimentos modificados genéticamente.
A través del portal de Internet, Choice for Europe, la organización pretende conseguir una extensa recogida de firmas de los principales colectivos afectados de cara al cultivo y consumo de alimentos transgénicos: consumidores, agricultores, científicos, líderes políticos y países en desarrollo.
Una vez más, se pide a gritos quitar la venda que rodea al mundo de los transgénicos, facilitando la información a un consumidor que teme lo desconocido, que tiende a alejarse de ellos y a rechazarlos, y que se deja llevar por las leyendas urbanas que circulan en torno al tema, plagadas de datos científicos erróneos y aderezadas con altas dosis de infundado alarmismo.
En los tiempos que corren, aún podemos ver cada día la censura y la prohibición. La cuestión no es imponer criterios que en muchas ocasiones puedan resultar erróneos, sino simplemente dar la posibilidad de elegir, de que cada ciudadano pueda decidir por sí mismo qué camino tomar, qué opción de cultivo le parece más adecuada o simplemente, qué desea meter en su cesta de la compra.
Por su parte, el papel del agricultor cada vez es más complicado, ya que como bien es sabido, la caza de brujas a la que está sometida el cultivo de OMG, frena el desarrollo de una opción de agricultura que puede incrementar el rendimiento de las tierras, la rentabilidad y la productividad, y que incluso es capaz de reducir el gasto de combustible y las emisiones de CO2, dando como resultado productos de calidad, más seguros debido a la cantidad de controles a los que son sometidos (bastantes más que los productos normales y ecológicos), sostenibles y competitivos.
De cara a los países en desarrollo y a un mundo cada vez más poblado, con una superficie de cultivo cada vez menor y que necesita una mayor productividad de alimentos, es necesaria la búsqueda de soluciones que permitan paliar un problema al que aún se da la espalda: el hambre. El cultivo de OMG no es por sí solo la panacea que pueda solucionarlo, pero sí un recurso de gran ayuda en la producción de alimentos.
Restringir esta opción de cultivo en Europa también supone frenar el compromiso con los países en vías de desarrollo. Así, la Unión Europea debería fomentar una regulación coherente y justa de cara al comercio, el crecimiento y el desarrollo de la agricultura, sin dejar de lado las nuevas tecnologías, que permiten además enfrentarse a otro tipo de retos como son los medioambientales y energéticos.
Así, la campaña no es más que una iniciativa que lucha por buscar un concepto que aún en muchas ocasiones tiende a olvidarse: el respaldo y el respeto por la libertad, por dar la posibilidad de que todos y cada uno de nosotros tengamos una nueva opción, y que dependa única y exclusivamente de cada individuo tomarla o desterrarla al olvido. Cómo ya dijo un día el filósofo griego Epicteto, es libre el que vive según su elección. Demos un paso adelante.
Unete a la recogida de firmas en Choice for Europe
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