Los modelos de negocio que desean generar un Branding comprometido, introducen sus nuevas expectativas en el ámbito de la responsabilidad social al otorgar al capital humano su dedicada atención, sobre todo, en los espacios creativos que usan para sus eventos.
Estos, son asistidos mediante un tratamiento cuidadoso que permite conseguir la relación del proceso creativo con la marca de empresa y la interacción del usuario que concurre a estos encuentros; se demanda pues, una experiencia global de principio a fin movida por el interés de sostenibilidad y pervivencia de la identidad corporativa en el tiempo. Significa cultivar la experiencia del usuario y por supuesto, la motivación de los empleados, quienes contribuirán a la salvaguarda de la entidad.
Cuando se emprende esta tarea de transmisión, se activa la dimensión comunicativa que enlaza con el desarrollo de estilos de vida, estéticas, o bien, necesidades útiles atraídas por el producto a través, de vínculos emocionales creados.
La continua retroalimentación del proyecto amplía el campo de la información implicada en él, dicha información vigente, hace prosperar la evolución innovadora de los espacios creativos al mantener la activación dirigida y simultánea de varios esquemas y proyectos para los eventos de Branding que alumbrarán aspectos nuevos de un objeto idéntico. Por tanto, Marketing de Experiencia utiliza la cercanía del usuario para allanar el terreno concreto.