Para aliviar los síntomas de las enfermedades respiratorias, se emplean analgésicos, que disminuyen molestias como cuerpo cortado y dolor de cabeza, o antipiréticos, para controlar la fiebre.
Salomón Cohen, de Laboratorio Médico Polanco, recomienda recurrir a algunas pruebas con las cuales se puede diagnosticar el tipo de microorganismo que está provocando la enfermedad y así prescribir el tratamiento más adecuado.
Algunas de las pruebas diagnósticas para enfermedades respiratorias son:
Investigación de antígeno de virus de la influenza A y B (prueba rápida)
Permite la detección de los antígenos de la influenza tipos A y B con una muestra tomada directamente de la nariz, que de forma inmediata se sumerge en un reactivo. Esta prueba no es específica para la detección del virus de la influenza tipo A H1N1.
Exudado faríngeo
Útil para aislar e identificar los microorganismos que causan infecciones en la garganta, mediante un hisopo o aplicador de algodón estéril que se frota varias veces en la faringe, cerca de las amígdalas, para obtener una mejor muestra.
Ésta se siembra en medios de cultivo para el crecimiento de las bacterias, en los cuales se pueden identificar y también saber a qué antibióticos pueden ser sensibles o resistentes.
Espirometría
Es una prueba funcional que permite valorar el flujo del aire en los pulmones. Se realiza para diagnosticar ciertos tipos de enfermedad pulmonar (bronquitis, asma, enfisema, fibrosis o EPOC).
Baciloscopía
Prueba que se utiliza para el diagnóstico de la tuberculosis. Consiste en el análisis de muestras de flema en búsqueda del Bacilo de Koch, responsable de la enfermedad.
Teleradiografía de tórax
Se trata de una radiografía que comprende pulmones, corazón, las principales arterias, costillas y diafragma. Este estudio se realiza cuando el paciente presenta tos persistente, lesión torácica, dolor torácico, tos con sangre y dificultad para respirar.
Es útil en el diagnóstico y seguimiento a enfermedades pulmonares.
Biometría hemática
El estudio permite conocer de manera cuantitativa el estado general de las células sanguíneas, entre ellas, los eritrocitos y la hemoglobina.
Fuente: Salomón Cohen
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