El 45 % de los huesos está formado por sales minerales como fosfato y carbonato de calcio.
Sabemos que los huesos de los bebés y de los ancianos son muy frágiles, puesto que el esqueleto de los primeros aún no está desarrollado por completo, y el de los últimos está agotando sus reservas óseas.
Alrededor de los 25 a 30 años, el esqueleto humano llega a su máxima densidad.
Aunque a lo largo de la vida está sometido a la remodelación ósea, es decir, que sus minerales se renuevan continuamente, es fundamental practicar la prevención, pues habrá determinadas situaciones vitales que exijan un gran desgaste con el consiguiente riesgo de descalcificación.
Agentes que favorecen la descalcificación ósea
- Abuso de refrescos gaseosos, café y alcohol
- Exceso de carne en la dieta
- Alto consumo de dulces y sal
- Tabaquismo
- Falta de ejercicio
La descalcificación en la menopausia, osteoporosis
La pérdida de estrógenos en las mujeres durante su menopausia puede causar la debilidad de los huesos hasta límites alarmantes. Para prevenir el riesgo de fracturas y de otras complicaciones es necesario reforzar el esqueleto con aportes de calcio extraordinarios.
Mejorar la absorción del calcio con la alimentación
- La remolacha es rica en vitamina K, que permite que el calcio llegue a la estructura ósea.
- Las setas, los huevos y el pescado azul son ricos en vitamina D, que favorece la absorción del calcio.
- El Humus y el Falafel son dos recetas árabes que combinan yacimientos de calcio a base de garbanzos y sésamo.
Por último, no olvidemos que la luz solar también es una fuente de vitamina D