A pesar de que uno piensa que la telemedicina estaba MUY ESTABLECIDA en todos los países NO-latinoamericanos y que el pasto del vecino era muy verde, esto dista de ser verdad. La telemedicina, salvo contadas excepciones, no estaba incorporada como una práctica clínica cotidiana, sino más bien, como algo secundario y en algunos casos, experimental que no superaba el estado de piloto. Las principales trabas para la implementación de la telemedicina en el mundo han sido los temas financieros y legales (estos funcionaban como kryptonita que no permitían a nuestro super héroe actuar). La medicina está muy regulada y toda su regulación está basada en normativas analógicas con firmas de puño y letra, con reglamentos que dicen que el paciente y el profesional tienen que estar en el mismo lugar al mismo tiempo y que ese lugar tiene que estar habilitado como centro de salud. Y los códigos para financiarla tomaban años en ser liberados y siempre tenían restricciones (ve los códigos que FONASA agregó en Chile debido al SARS-CoV-2 y los que el CMS agregó en USA) Pero la otra barrera, de la que poco se habla, es la resistencia de las organizaciones de salud al cambio telemédico. · El 25 de enero 2020 la Facultad de Medicina de Rosario en Argentina desaconsejaba enfáticamente las teleconsultas por considerarlas riesgosas para la población. · El Colegio Médico de Chile el 7 de enero de 2020 decía que “la interacción directa entre el paciente y el médico que está siendo consultado vía tecnología digital no debiera ser considerada como alternativa en la implementación de un sistema de Telemedicina”. “Con telemedicina no se puede hacer diagnóstico y emitir recetas, únicamente se puede hacer tele-orientación” decían. Pero el villano SARS-CoV-2 infectó las ciudades y hubo que esconder la kryptonita y permitir a Super-Telemedicina que nos ayude. Y todo lo que antes tenía una ley o reglamento que decía ANALÓGICO o ESTO-NO-SE-HACE cambió. Tuvimos que ser atacados por un villano para liberar al superhéroe que hizo que muchos colegios médicos, universidades, ministerios de salud, hospitales y clínicas públicos y privadas tengan que morderse la lengua y tragarse gran parte de los argumentos con los que decían ¡NO!
Cambios en la receta electrónica · Argentina regula que "El médico deberá tomar una foto de la receta y la enviará por WhatsApp, mail o fax al paciente y a la farmacia”. · Brasilflexibiliza su ley de receta electrónica con firma digital permitiendo que se hagan sin firma electrónica · En la mayoría de los países se han levantado las barreras de validación de recetas y estas se comparten por cualquier medio. Esto tiene un riesgo no menor, y la razón por la que hay que asumirlo es porque son pocos los países latinoamericanos que han tomado el tema de receta electrónica en serio desde la perspectiva del beneficio sanitario, estando la mayoría enfrascados en discusiones sobre tecnología en vez de crear real valor (ve por qué no tiene valor la FIRMA ELECTRÓNICA AVANZADA regulada en Chile). Cambios en los sistemas de videoconferencia “ahora permitidos” para teleconsultas USA levantó las restricciones de HIPAA para videoconferencia para todos los sistemas de comunicación a distancia “no streaming públicos”. Permitiendo de esta manera que se utilice FaceTime, Facebook Messenger, Google Hangouts, Whatsapp, ZOOM, Skype…). ¡Sí! Hasta WhatsApp está permitido ahora, cuando hay cientos de artículos que antes decían ¡No! Los sistemas de comunicación a distancia que realizan STREAMING PÚBLICOS son los que están vedados, ej: TikTok, Facebook Live, Twitch, Twitter Live o chats públicos. Algunos cambios en USA que logró Super-Telemedicina que son interesantes · Ahora permiten que los hogares de los médicos sean válidos como sitios para realizar telemedicina (antes únicamente los centros de salud eran lugares válidos) · Permiten que el teléfono sea un medio válido para telemedicina (antes únicamente la videollamada era válida) · Exigen a todos los seguros que financien los servicios telemédicos · Permiten el ejercicio de la telemedicina a otros profesionales (osteópatas, asistentes sociales…) y levantan requisitos, como por ejemplo que las prescripciones de una nurse practitioner (NP) sean visadas por médicos · Se quita la exigencia de estar en persona para facturar visitas de profesionales de la salud a asilos de ancianos · Se cambia el consentimiento escrito requerido a uno verbal · Se permite que profesionales habilitados a ejercer la medicina en un estado puedan atender a pacientes que viven en otro estado · Permiten que profesionales que NO estén enrolados en Medicaid den servicios telemédicos a pacientes de Medicaid Una forma de iniciar a pensar en telemedicina podría ser la que intenta describir esta pirámide en la figura, que vendría siendo una libre creación del CIBM, aunque podría ser formulada también de otras maneras.
Esta figura de alguna forma propone que para identificar el rol que podría jugar la Telemedicina se debiera partir por considerar las necesidades y condición de un paciente en un determinado contexto, momento o situación, frente a ellas ver qué disponibilidad y acceso al cuidado presencial en salud podría estar realmente al alcance del paciente en esa situación, y entonces pasar a evaluar lo que la Telemedicina - a pesar de las limitaciones que pudiera tener - pudiera razonablemente ofrecer para esa condición, contexto, momento o situación, en un contexto de gestión de la calidad y seguridad. Frente a los deseos y esperanzas de quienes pudieran estar a favor de un cambio y por otra parte frente también a las inquietudes -muchas veces legítimas sin duda- de aquellos que pudieran resistirse a él, viene de todas formas a la mente una célebre frase de Niccolò Machiavelli, muy citada en algunos talleres relacionados con la gestión del cambio, que traducida al español dice más o menos así: “No hay nada más difícil de lograr, ni de más incierto resultado, ni más peligroso de manejar, que comenzar un nuevo orden de cosas. Porque el reformador tiene por enemigos todos los que se benefician del viejo orden, y tiene sólo por tibios defensores aquellos que deberían beneficiarse del nuevo.” Publicado por Alejandro Mauro
Leído en Foro Salud Digital