En este artículo vamos a tratar un tema que roza los límites o la permisión: el exceso de pantallas y dispositivos en niños y adolescentes.
Con el auge de las nuevas tecnologías, cada vez es más frecuente ver a niños con un dispositivo en la mano. Atrás quedaron los juegos de mesas, las barbies o los cuentos infantiles. Ahora predomina el móvil, la Tablet o los videojuegos.
Y es que la facilidad de acceso a estos dispositivos y la capacidad para absorber su atención son razones muy poderosas para estar alerta de los riesgos que conlleva el exceso de pantallas. Es por eso que vamos a ver pautas y recomendaciones que como padres podéis seguir para actuar a tiempo o minimizar las consecuencias.
¿Cómo afecta a los niños y adolescentes el exceso de dispositivos?
Un estudio realizado por el investigador francés Michel Desmurguet ("Efectos sobre el desarrollo cognitivo de los niños de una exposición crónica a las pantallas"), demostró que el uso excesivo de dispositivos electrónicos impacta negativamente en muchas áreas de su desarrollo:
- Fracaso escolar.
- Aumento de la agresividad.
- Poca calidad en las horas de sueño.
- Retrasos en el desarrollo del lenguaje.
- Disminución de la capacidad de concentración y atención.
- Incremento del riesgo de sufrir depresión en la juventud.
- Problemas en la visión.
- Predisposición al sedentarismo y obesidad infantil.
Consejos para evitar la sobreexposición de los niños y adolescentes a las pantallas
Da ejemplo antes
De nada sirve ayudar a tu hijo a reducir esta sobreexposición, si nos ven pegados al móvil, a la televisión o la Tablet.
Los niños aprenden de lo que ven a su alrededor, es por eso por lo que tú debes ser el primero en dar ejemplo y reducir el consumo de aparatos tecnológicos.
Si reduces tu propio tiempo de pantallas, podrás pedirle a tu hijo que también lo haga; en otra situación sería algo contradictorio.
Reduce el uso de pantallas de forma progresiva
Realizar cambios de manera gradual y asegurando que lo podamos cumplir es fundamental para asegurar el éxito y evitar los conflictos en casa y conseguir así reducir el uso de pantallas en niños y adolescentes.
Plantea acuerdos
Este es uno de los consejos que considero más importante. Plantear acuerdos debe ser fundamental con este tema en la relación con tus hijos.
Por ejemplo, un acuerdo al que puedes llegar con tu hijo es que, durante las comidas y cenas, no vais a utilizar ni móviles ni televisión.
Ofrece alternativas antes que prohibiciones
Para evitar que los niños se tomen mal las limitaciones y lo vean como una prohibición es mejor ofrecerles alternativas para las horas que no están frente a las pantallas.
Aquí la clave está en conocer bien a tus hijos y adaptarte a sus gustos e intereses.
Te proponemos algunas alternativas:
- Elaborar juntos una receta para la familia.
- Tarde de juegos tradicionales.
- Hacer una excursión en bicicleta.
- Leer un libro en papel que le llame la atención.
- Hacer ejercicio físico en familia.
Tira de creatividad, seguro que se te ocurren ideas para compartir con tus hijos.
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Recomendaciones finales para el uso de pantallas
La Asociación Americana de Pediatría y la Organización Mundial de Salud han elaborado guías para padres y profesionales con recomendaciones de uso de estos dispositivos digitales en función de la edad de los niños.
Te detallamos de forma resumida algunas de sus recomendaciones:
- Evitar el uso de pantallas digitales en niños de 18 a 24 meses.
- Para niños entre 18 y 24 meses: elegir sólo aplicaciones de alta calidad educativa y usar siempre en interacción con el adulto.
- En niños de 2 a 5 años: limitar el uso de las pantallas a 1 hora al día, y siempre con programas educativos de alta calidad, recomendando que el adulto interaccione con ellos y le ayude a comprender el contenido.
- Para niños de 6 años en adelante: establecer límites de tiempo claramente definidos.
- Apagar las pantallas y televisores cuando no se estén utilizando.
- Mantener las habitaciones, la hora de la comida y el tiempo de juego con el niño libre de este tipo de dispositivos.
- No usar pantallas una hora antes de ir a dormir.