Creo que son suficientes motivos para animaros a realizar una vez a la semana este ritual de belleza y limpieza profunda. No hace falta gastarse fortunas en cosméticos exfoliantes (bueno, si os apetece, claro que podéis!!), pero estoy segura que en vuestra cocina encontraréis los ingredientes adecuados para ello.
Mi propuesta para este post consiste en tres exfoliantes caseros y superefectivos, uno a base de sal gorda, otro con azúcar y el último con avena en polvo. Veamos:
Exfoliante a base de avena en polvo y yogur.
Este exfoliante es ideal para las personas que tengan la piel grasa (rostro y escote). Se mezcla un yogur natural con dos cucharadas de avena en polvo. Se masajea cara, cuello y escote con la mezcla y mediante un suave movimiento circular. Pasados unos pocos minutos se enjuaga la con agua templada.
Esta mezcla está indicada para las personas que tengan la piel seca (rostro y cuerpo). Poned en un bol seis cucharadas de aceite de oliva, tres cucharadas de sal gorda. (Si la exfoliación es corporal, quizá os hará falta un par más de cucharadas de aceite y uno de sal gorda). Humedeced la piel previamente y aplicad la mezcla en la piel mediante masajes circulares durante unos minutos. Aclarad con agua caliente.
Exfoliante a base azúcar moreno y de gel de baño.
Este exfoliante es excelente para pieles grasas con granitos en espalda, brazos y/o piernas, ya que ayuda a secarlos. Los porcentajes que se utilizan para esta mezcla son de una cucharada de gel por una cucharadita de azúcar. Para el rostro y personas con la piel delicada o atópica es mejor emplear un gel sin jabón. Se masajea el rostro y cuerpo durante unos pocos minutos y se retira con agua caliente.
En todos los casos, es aconsejable aplicar el exfoliante con la ayuda de un guante de crin. Después de una ducha para eliminar los restos, la piel estará preparada para recibir una buena crema o leche hidratante. Y ya me contaréis!!!
Besos desde mi blog!!!
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