Exigencias de los Novios a los Invitados: ¿Razonables o Disparatadas?

Por Aranchawp @MeigayCaldero

Hasta hace unos años los novios, como mucho, pedían a sus invitados dos cosas: que confirmasen la asistencia y que siguieran un cierto código de vestuario. Pero con el tiempo esas peticiones se han convertido en muchos casos en exigencias, se han multiplicado y se han vuelto cada vez más complejas.

Desde mi punto de vista esto tiene que ver con las propias bodas, que se han convertido en algunos casos en eventos muy elaborados, casi producciones cinematográficas, en los que sus participantes deben seguir el guion al pie de la letra para que todo salga como la pareja desea. También quizás tiene mucho que ver las personalidad de los propios novios. Y tampoco se puede perder de vista que hay invitados que ya no conocen (ni respetan) las reglas básicas de educación y cortesía.

Tengo que decir que algunas de estas peticiones me parecen muy razonables, mientras que otras me horrorizan, tanto desde el punto de vista personal como profesional. Y precisamente en este post quiero compartir con vosotros una recopilación de esas exigencias a los invitados por parte de los novios, unas respetables y otras realmente disparatadas, procedentes algunas de la experiencia y otras de medios de comunicación y redes sociales.

Una pareja de Houston (EE.UU.) pidió a los invitados que abonasen una entrada de 450 dólares (unos 400 euros) para asistir a la boda. En este caso todas las personas rechazaron la invitación con el consiguiente enfado de los novios, que afirmaban que la celebración no era barata y que no entendían que fuesen capaces de gastar cantidades mayores en otros eventos como conciertos y que no quisiesen hacerlo en su boda. Aunque hay quien les ganó, porque otros tortolitos llegaron a pedir 1.000 dólares...

Muchas parejas exigen como regalo dinero en efectivo. Sólo cash, nada de regalos. Seguro que alguna vez os habéis encontrado con una petición así. 

Y siguiendo con el tema del dinero, en algunos países (México, Polonia, Portugal...) se sigue la costumbre de colocar billetes con alfileres sobre la ropa de los novios como forma de atraer la buena suerte y la abundancia al matrimonio (además de servir como apoyo económico a la pareja). Este ritual no tiene nada de malo, pero sí que extraña que una pareja haya encargado a un par de personas que verifiquen in situ que los billetes que los invitados les prenden sobre el traje son auténticos y no falsificaciones.

Unos novios en EE.UU. informaron a la familia de la fecha en la que iba a contraer matrimonio y, cuando se acercaba la fecha y los supuestos asistentes preguntaron por la invitación y el lugar y hora de celebración, les dijeron sin sonrojarse que no tenían dinero y que se iban a casar en una boda íntima en Las Vegas. Eso sí, esas personas (que ya no acudirían a la boda) recibieron un mensaje en el que les remitían a la lista de bodas, con la coletilla de que sólo querían regalos, no dinero.

En otra boda los novios crearon dos listas de invitados, los VIP y "la plebe". Los primero disfrutaron del banquete, una tarta exquisita y la barra libre. Los segundos asistieron al banquete, pero tuvieron que esperar a que los primeros terminaran de comer para hacerse con las sobras... y les sirvieron una tarta de esas que se compran en el supermercado y que se presentan en una caja de plástico. 

Otros novios no permiten que los invitados acudan con acompañantes, o lo si lo hacen, exigen que estén prometidos o que ya hayan contraído matrimonio, como hizo Tamara Falcó en su boda con Íñigo Onieva.  

Y también están aquellos que no permiten niños en la boda, algo que no suele ser muy popular entre los padres que tienen retoños. Es una elección, desde luego, lo curioso es que algunas parejas sí que llevan a sus propios hijos a su boda, mientras impiden que lo hagan los invitados con los suyos. 

Una influencer venezonala pidió a los invitados a su boda que rellenasen un formulario para crear un catálogo de solteros a fin de "ayudar" a que sucediese eso de que "de una boda sale otra".  En el formulario pedía que informasen de su estado civil, de su cuenta en redes sociales, una foto y una breve descripción. Y aquí en España hubo una pareja que creó un periódico de su boda en el que había una sección de "solteros".

Una creadora de contenido en TikTok y su pareja pidieron a sus invitados que llevasen su propias bebidas alcohólicas, y lo hicieron a través de la propia invitación. Aunque sí sirvieron vino, cócteles y bebidas para los brindis, no lo hicieron en cantidad suficiente para que los asistentes acabasen embriagados. Si querían hacerlo, el gasto debía salir de su bolsillo, no del de los novios. 

He llegado a leer (con horror) que hay novios que piden a los invitados que actúen como camareros para ahorrarse el dinero del servicio. O incluso llegan a pedirles a algunos asistentes que se encarguen de cuidar y entretener a los niños.

Hay muchas parejas que impiden el uso de teléfonos móviles a sus invitados. Y no estoy hablando de aquellos que van a vender la exclusiva del evento o las que viven de la publicación de contenidos en redes. Es comprensible que no deseen que los asistentes dificulten el trabajo de los fotógrafos, el curso de la ceremonia o incluso que vulneren su propia intimidad y la del resto de los invitados, pero exigir que dejen sus dispositivos en casa o guardados en taquillas es otra cosa muy diferente. 

Otros incluso llegan a prohibir que se compartan fotos de la boda en redes sociales o que se utilicen etiquetas. 

Y hablando del dress code, hay cada vez más novios que exigen a los asistentes cierto tipo de vestuario, algo que podría ser comprensible. Pero también prohíben cierto tipo de atuendos, como que las invitadas no lleven vestido blanco o de colores pastel muy claros que se confundan con él, o también que los invitados que no son el novio o el padrino lleven chaqué (si ellos no van a vestir esa prenda). Y estas dos prohibiciones son lógicas y razonables, aunque no lo son otras como evitar la falda corta (o el vestido largo), los tacones altos o incluso el maquillaje excesivo. 

Otro que los requisitos cada vez más habituales es pedir a los invitados que no aprovechen la boda para hacer una petición de matrimonio, anunciar una boda o un embarazo. Hacer algo así es algo muy desconsiderado para con los novios, pero es algo tan frecuente que las parejas se ven obligadas a prohibirlo de forma expresa, incluso recogiéndolo en las invitaciones.

¿Qué opináis de estas exigencias a los invitados? ¿Estáis de acuerdo o las consideráis excesivas?

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La primera vez que apareció el post Exigencias de los Novios a los Invitados: ¿Razonables o Disparatadas? fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?


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