La “dieta de la alcachofa”, la “dieta de la piña” o la de “la sopa”, son algunos ejemplos de dietas depurativas que favorecen la eliminación de líquidos, pero poco más.
La “dieta Dukan” y la de “Pronokal“, por ejemplo, son dietas hiperproteicas que pueden servir en un primer paso para acelerar el metabolismo y quemar grasas, pero deben ser llevadas a cabo bajo la supervisión médica, y siempre y cuando no se tengan problemas de salud.
A la hora de perder peso, es necesario escoger un plan nutricional que se adapte lo mejor posible a los requerimientos individuales de cada persona, a su salud, sus gustos, estilo de vida y hasta a sus horarios.
Las dietas son solamente el camino hacia la “re-educación nutricional”. Perder peso es muy difícil, pero ganarlo puede ser muy fácil. Es necesario seguir manteniendo unos hábitos de alimentación saludables para no volver a ganar el peso perdido. ¿Cómo? Entre otras medidas, principalmente se debe optar por hortalizas, fruta, cereales integrales, legumbres, pescado fresco, y evitar bollería, fritos, grasas y/o productos industriales.
Por otra parte, es conveniente realizar ejercicio físico de manera regular y no olvidar beber suficiente agua a diario.
Besos desde mi blog!!!