¿Qué tan probable sería que compraras un brownie de triple chocolate si te aseguran que es bajo en calorías, contiene antioxidantes,te ayuda a mejorar tu digestión … y además está “mega-delicioso”?
Si estás buscando un snack saludable, ¿comprarías una galleta de mantequilla o unas “barras” integrales de avena con 0% azúcar añadida?
Hacer afirmaciones saludables sobre un producto, no solamente influye en la decisión de comprar - -porque cuando se trata de vender, nada es casualidad-, también te puede hacer creer que estás comiendo menos, cuando en realidad estás comiendo más.
¿Realmente existen los postres saludables?
Esta vez, dejemos a las frutas en paz y analicemos los postres desde dos perspectivas: qué contienen y qué tan nutritivos son.
Composición.
Si a un postre le sacaran una radiografía, saldría algo así como:
- Mucha azúcar
- Mucha grasa
- Muchas calorías
- ó todo lo anterior
Para hacer un postre saludable, la lógica dicta sustituir los ingredientes mundanos por ingredientes saludables, por ejemplo:
- Azúcar = azúcar, miel, dátiles, puré de manzana, plátano maduro, ciruelas pasa
- Grasa = aceite de coco, aguacate, aceite de oliva o aguacate, plátano
… Pero la composición final, no sabe de ingredientes saludables:
Si sustituyes un tipo de azúcar por otro, sería como sumar 1 + 2 ó sumar 2 + 1, en términos de composición, el resultado es que de todas formas tiene mucha azúcar.
¿Pero los dátiles son más “nutritivos y saludables” que el azúcar, ¿o no?
Nutrición.
Sólo porque un muffin esté hecho con harina integral y avena no quiere decir que sea una buena fuente de fibra. La lógica dice que debería ser una relación ganar – ganar.
Un muffin puede tener “mucha” fibra pero también tiene mucha azúcar y grasa, y si una ramita de apio tiene casi 0% azúcar y grasa, ¿no sería una mejor fuente de fibra que un muffin?
Si estás buscando darle a tu cuerpo cosas que lo nutran, ¿son los postres el lugar indicado para buscarlos?
¿Qué buscas cuándo te comes un postre, placer o salud?
¿Qué tanto vale la pena hacer sustituciones con el único objetivo de hacer postres saludables, sólo para crear una versión wannabe: ni saludable, ni requete-mega-deliciosa y con casi el mismo contenido de azúcar, grasa o calorías? A menos que un postre nazca con ingredientes saludables, las imitaciones, casi siempre serán las versiones chafas (de poca calidad). Cada quién tendrá su propia opinión, pero pretender que todo tiene que ser saludable, sería ignorar que también hacemos cosas sólo por puritito placer.
No todo lo que comemos tiene que ser saludable y aceptarlo no nos hace culpables de un delito gravísimo.
Talvez sucede que en el fondo de nuestro inocente y tierno corazón, tenemos la esperanza de que si un postre fuera saludable, podríamos comerlo más seguido, ¿digamos diario?
El secreto está en …
A menos que consideres que una hoja de lechgua es un postre, la lógica también indica que un postre no es para comerse diario, ni siquiera cada tercer día.
Podría parecer un consejo chafa, pero no lo es: haz que tu postre valga la espera y las “calorías”.
Yo me he dado cuenta que la experiencia de comer un postre se vuelve realmente sublime cuando espero pacientemente EL postre perfecto (porque la perfección sí existe cuando se habla de postres). En mi opinión, no hay nada perfecto en una galleta de paquete o en un pastel lleno de betún que te deja grasoso el paladar, pero cada quién decide cuál es su postre del alma.
No es el postre el que necesita ser saludable, son tus hábitos.
De niños nos encantan los juguetes y los quieremos todos, pero la realidad es que sólo te compraban uno de vez en mucho y por había que elegirlo con cuidado. Eso lo hacía más especial.
Es lo mismo: elige sabiamente tu postre ideal y el momento perfecto …
Acá y aquí tengo unos postres que nacieron sin azúcar añadida, pero que no intentan ser la versión saludable de ningún otro.
¿Tú que opinas? ¿Sustituyes ingredientes para hacerlo más saludable?
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