El cáncer diferenciado de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente y, sin embargo, es raro en comparación con otros tipos de cánceres. En general, la edad media del diagnóstico se sitúa entre los 40 y los 53 años, siendo especialmente frecuente entre las mujeres de raza blanca. Con el objetivo de actualizar los conocimientos en torno a su abordaje, el Grupo de Cáncer de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha organizado, en el contexto del 53 Congreso de la SEEN y con el patrocinio de Genzyme, el simposio “Toma de Posición en relación con el Protocolo de Tratamiento Actual del Nódulo y Cáncer Diferenciado de Tiroides; Creación de Comités Multidisciplinares”.
Posee una baja aunque creciente incidencia, ocupando España una posición intermedia en comparación con el resto de países europeos. La tendencia es la misma en el caso concreto del noroeste español, según un estudio epidemiológico de 2009 realizado por el Hospital Universitario de Vigo. De los 322 nuevos casos registrados entre 1978 y 2001 en dicho centro hospitalario (correspondiente a una población de 500.000 habitantes), el 76% eran cánceres de tiroides papilares, con especial incidencia entre la población femenina. Por otro lado, “en aquellas áreas de Galicia donde se registra un bajo consumo de yodo predominan los cánceres de tiroides foliculares, que suelen ser más agresivos”, explica el doctor Ricardo V. García-Mayor, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Xeral de Vigo (Pontevedra).
“Aunque las radiaciones ionizantes constituyen el factor desencadenante más reconocido de la enfermedad, también está demostrado que las poblaciones cercanas a zonas volcánicas presentan una prevalencia diez veces mayor que la de otras áreas”, apunta. Entre las últimas novedades producidas en el abordaje del cáncer diferenciado de tiroides, el experto ha aludido a los prometedores resultados que está dando el uso de técnicas genéticas en el proceso diagnóstico de la enfermedad. Asimismo, se ha referido al “gran avance que ha supuesto el estadiaje de los tumores de cara a la personalización del tratamiento quirúrgico, y al establecimiento de diferentes protocolos de seguimiento en función del pronóstico”, explica.
-El protocolo que se sigue en España, el mejor posible
Según el doctor José Manuel Gómez Sáez, coordinador del Grupo de Cáncer de Tiroides de la SEEN, ha apuntado como gran objetivo de la reunión “la coordinación del abordaje multidisciplinar del nódulo y cáncer diferenciado de tiroides en España siguiendo como modelo el consenso europeo de actitud ante el cáncer de tiroides y la guía americana, revisada en noviembre de 2009”. Dada la naturaleza de este cáncer, “se hacen necesarios los esfuerzos y conocimientos de numerosos especialistas, entre los que el endocrinólogo debe ser el principal coordinador por ser quien ve primero a estos pacientes”, explica. “El protocolo que se sigue hoy en día en nuestro país es el mejor posible, aunque hemos detectado que la práctica no es homogénea”.
Otro de los asuntos abordados en el simposio ha sido el seguimiento bioquímico del carcinoma diferenciado de tiroides, que “se basa en la determinación de la tiroglobulina basal o estimulada con TSH humana recombinante, junto con la ecografía vertical y otras técnicas eventuales”, afirma el doctor Gómez Sáez. La limitación de este proceso está en su complejidad, debida fundamentalmente a la estructura molecular que presenta y a algunas interferencias analíticas que deben tenerse en cuenta”, señala. Por último, se han puesto en común los nuevos criterios del tratamiento quirúrgico de este cáncer y las propuestas de Medicina Nuclear en su diagnóstico y tratamiento.
**EN LA IMAGEN, DE IZQUIERDA A DERECHA, LOS DOCTORES JUAN CARLOS GALOFRÉ, DEL SERVICIO DE ENDOCRINOLOGÍA DE LA CLÍNICA UNIVERSITARIA DE NAVARRA; MARÍA ANGUSTIAS MUROS, COORDINADORA DEL GRUPO DE ENDOCRINOLOGÍA NUCLEAR; RICARDO V. GARCÍA-MAYOR; JOSÉ MANUEL GÓMEZ; Y ELÍAS ÁLVAREZ, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE HORMONAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE BIOQUÍMICA CLÍNICA Y PATOLOGÍA MOLECULAR.