“El dolor es actualmente el mayor problema de salud en Europa”, según ha puesto de manifiesto el profesor Giustino Varrasi, presidente de la EFIC (European Federation of IASP –International Association for the Study of Pain- Chapters), durante el I Simposium europeo de la EFIC “Impacto Social del Dolor”, celebrado en Bruselas. Cerca de 200 profesionales europeos de 28 países, procedentes de distintos ámbitos asistenciales, económicos y de la gestión sanitaria, han fijado los retos y principales avances en la prevención y manejo del dolor en esta reunión.
Durante el evento, auspiciado y organizado por la EFIC, con el apoyo de Grünenthal, se han dado a conocer nuevos datos epidemiológicos sobre el dolor crónico, su impacto social y repercusión económica, así como proyectos innovadores que se están desarrollando en distintos países europeos y que, en opinión del Prof. Varrasi, “deben ser la base sobre la que generar iniciativas globales europeas”.
Y es que, según ha afirmado en este reputado foro el presidente de la EFIC, “la falta de organización, planificación y sensibilidad frente a las consecuencias individuales, sociales, sanitarias y económicas del dolor, están ralentizando la generalización de estrategias eficaces para contrarrestar este problema de salud pública”.
Entre las principales conclusiones extraídas de este encuentro, como resume el Prof. Varrasi, cabe destacar que “aunque el dolor agudo puede ser considerado como un síntoma de una enfermedad o de una lesión, el dolor crónico es algo más y debe considerarse como una enfermedad por sí misma”.
--Esfuerzo conjunto
Como se ha puesto de relieve en este Simposium, un creciente número de pacientes que sufren dolor crónico no está tratado de forma adecuada; en opinión del presidente de EFIC, “esto se debe fundamentalmente a que el dolor sigue sin ser reconocido como un importante problema sanitario por parte de muchos sistemas nacionales de salud”.
Sin embargo, esta tendencia se está invirtiendo, especialmente por el impulso mostrado por algunos países en la lucha contra el dolor, organizando proyectos encaminados a determinar el impacto de este trastorno en los pacientes y en la sociedad. “Son experiencias muy positivas”, reconoce José de Andrés, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, “pero su efecto puede ser muy limitado si no se hace un esfuerzo conjunto; todos los países europeos debemos trabajar en sintonía y de forma coordinada”.
En este sentido, Isabel de la Mata, Asesora Principal en Salud Púbica de la Comisión Europea, ha destacado en este foro la sensibilidad que está mostrando la Comisión Europea ante el impacto personal y social que supone el dolor crónico. “Aunque el tratamiento, reembolso y la financiación de las terapias dirigidas a paliar el dolor depende de los estados miembros de la Unión Europea, desde la Comisión estamos decididos a mejorar la coordinación, cooperación y difusión de las buenas prácticas clínicas en el manejo del dolor”, señala. A su juicio, “la próxima aprobación de la Directiva de Atención Sanitaria Transfronteriza va a permitir que los pacientes y los profesionales sanitarios tengan una mayor movilidad en el entorno europeo, lo que multiplicará la necesidad de optimizar recursos y fomentar la mejora de las prácticas clínicas”.
--Impacto sociosanitario
“El dolor es una de las causas más frecuentes de visita al médico” ha declarado el Prof. Varrassi. “Los datos más recientes muestran que muchos de los pacientes que sufren dolor, no reciben el tratamiento adecuado porque no está reconocido como un problema de salud importante por los sistemas sanitarios nacionales”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó recientemente que aproximadamente un 80% de la población mundial no tiene acceso o éste es muy limitado a tratamientos para hacer frente al dolor moderado-severo. Asimismo, señaló que cada año unos 10 millones de personas en todo el mundo (incluidos los pacientes oncológicos y los enfermos con VIH/SIDA) al final de sus vidas sufren dolor sin recibir un tratamiento adecuado. Según se ha confirmado en esta reunión, hasta un 40% de los europeos con dolor crónico no reciben un correcto abordaje de esta enfermedad.
España, con todo, sigue gozando de un cierto privilegio en comparación con otros países europeos. En datos aportados por la Dra. Renata Villoro, especialista en Economía de la Salud y profesora en el Instituto Max Weber de Madrid, “mientras que la tasa media de dolor crónico se sitúa en el 19% en los países europeos (afectando a 75 millones de personas), España registra una prevalencia próxima al 12%”. Sin embargo, los costes sociales de la enfermedad siguen siendo enormes. A este respecto, la Dra. Villoro citó que de cerca de un 20% de los pacientes que experimentan un dolor crónico pierden su trabajo por ello y un 13% deben cambiar de empleo o de responsabilidad laboral por esta causa.
--Contribución de las iniciativas españolas
La iniciativa Hospital Sin Dolor, promovida por el Hospital Universitario La Paz de Madrid, ha sido una de las aportaciones españolas que más interés ha despertado en este foro. Dicho proyecto, ha permitido consolidar una Comisión de Dolor, que complementa a la Unidad del Dolor y que permite su abordaje multidisciplinar, integral y de calidad. Entre las actividades más significativas, como ha destacado el Dr. José María Muñoz y Ramón, miembro de la Comisión Hospital Sin Dolor de La Paz, “hemos distribuido unas 5.000 escalas de dolor estandarizadas entre todo el personal sanitario del centro. Esto posibilita una rápida y eficaz evaluación del dolor en todos nuestros enfermos, siendo un parámetro más de investigación y tratamiento en cualquiera de nuestras intervenciones”.
También ha suscitado un importante interés la experiencia promovida por la Fundación Josep Laporte y la Universidad Autónoma de Barcelona. La Universidad de Pacientes, en palabras de Sergi Blancafort, profesor en esta institución, “es una clara muestra del beneficio que se puede obtener con la instauración de programas de automanejo del dolor”. Con esta iniciativa se ha evidenciado el éxito del trabajo conjunto de administraciones sanitarias e instituciones, en colaboración con los pacientes, promocionando la responsabilidad de los enfermos en sus cuidados de salud, “lo cual optimiza la utilización de los servicios sanitarios y los recursos disponibles”.
La Plataforma SinDOLOR estuvo presente con la asistencia de los directores de las dos entidades que la constituyen, el Dr. Antón Herreros, director de FUINSA y el Dr. Guillermo Castillo, director de la Fundación Grünenthal. Esta iniciativa española ha llevado a cabo desde su fundación en 2008 diversas actividades encaminadas a concienciar, tanto a la Administración como a los profesionales sanitarios y a la sociedad en general, sobre la importancia de un correcto abordaje del dolor, tal y como ha hecho la EFIC con este Simposium en el ámbito europeo.
-La visión del paciente
También se ha tenido en cuenta la perspectiva del paciente en este foro. En este sentido, la directora del Foro Español de Pacientes, Joana Gabriele, ha puesto de relieve que “el dolor sigue siendo un problema relevante y no resuelto, que afecta a millones de personas en todo el mundo y que es por sí mismo un determinante de la salud global”.
Entre sus consecuencias, como ha indicado Emilia Altarriba, presidenta de la Fundación de Pacientes con Fibromialgia y Fatiga Crónica, destaca “la pérdida de autoestima, el impacto negativo en el ámbito laboral y social, así como sus repercusiones psicológicas. Con todo, añade, “una de las principales quejas de los pacientes con dolor crónico es que su trastorno no es reconocido como tal, siendo habitualmente incomprendidos, como sucede a las personas con fibromialgia”.