Explanada del Horizonte

Por Redfundamentos @redfundamentos
OBRAS

TOWARDS HORIZON. ACONDICIONAMIENTO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS DE LA EXPLANADA DEL HORIZONTE · 7/19/2022

El lugar

Protegida a este por la Serra da Groba y abrazada a oeste por el Océano Atlántico, la explanada del Horizonte se erige dominando las vistas sobre la llanura costera. La sección del territorio desciende desde el Monte Torroso por la ladera dejando a su paso un paisaje de bosques de repoblación, masas graníticas con arbustos de bajo porte y una llanura costera fértil producto de la deposición de sedimentos del cuaternario. La antropización de esta llanura dibuja terrazas de mampostería que han permitido su cultivo a lo largo de la historia y pliegan su morfología hasta el encuentro con el mar.

En los años 70 con la construcción de la PO-552 el Horizonte, punto de reunión en Portecelo, se rellenó de escombros para crear una explanada rompiendo así la sección natural de la costa, bloqueando la escorrentía natural y desequilibrando el ecosistema autóctono.

Fotografía: Héctor Santos Díez

La intervención

El proyecto trata de recuperar la memoria y de regenerar el ecosistema degradado a través de una herramienta: el propio lugar. Mirando por y hacia el entorno, se estudia la topografía, los drenajes, la vegetación, las proporciones y la materia... se pretende redibujar el paisaje.

Proyectar hacia el paisaje permite a la arquitectura ser obsequiada por la naturaleza. La reaparición de las laxes graníticas que anteriormente coronaban la costa supuso un punto de inflexión: la arquitectura bajó la mirada para mostrar el propio territorio en su máximo esplendor. Lo que se había dibujado muta a medida que avanza la obra, cada roca que aparece se limpia, se dignifica y modifica las trazas del plano.

El paisaje recoloniza el espacio y el proyecto se pliega a su merced. La arquitectura se vuelve invisible, adaptándose a las nuevas morfologías.

La secuencia de terrazas conectadas por rampas y escaleras permite la constante visión al horizonte y su distribución según la intensidad de uso. Pavimentos y muros conjugan las granulometrías del granito para fundirse con la masividad de las laxes, esta masividad contrasta con las estructuras de juegos infantiles, mobiliario y luminarias que se erigen ligeras, flotando sobre la roca. Geometría y topografía se concatenan hasta tocar la cota natural del terreno en una atmósfera donde todo es piedra y sal.

Fotografía: Héctor Santos Díez

La vegetación

La estrategia de plantación toma conciencia de la salinidad del océano, sus condiciones adversas y la acidez del suelo. Se plantan especies nodrizas, los abedules (Betula pubescens) con capacidad para crecer en suelos pobres mejorando la estructura edáfica y permitiendo el futuro desarrollo de árboles como el carballo (Quercus robur) y la sobreira (Quercus Ilex). Bajo ellos, una plantación de baja densidad de tojales, retamales y brezales (Ulex europaeus, Calluna vulgaris, Cytisus scoparius...) pretende ser conquistada por vegetación autóctona siendo, por tanto, un proyecto vivo, no terminado, que muta en el tiempo hasta llegar al clímax, momento en que la ecología del propio lugar nos regala un ecosistema resiliente y, por tanto, autosuficiente.

Fotografía: Héctor Santos Díez

El resultado

La atmósfera resultante oscila entre el gris de la montaña y el azul del océano, quietud y movimiento, gravidez y ligereza, amanecer y atardecer. Formas puras que se encastran en el pavimento y se funden con el paisaje colindante. Un paraje para sentir el territorio y sus formas, para sentir la tectónica que emerge del océano hasta tocar nuestros pies.