Un equipo de investigadores del Museo de Queensland, en Australia, ha llegado a una sorprendente conclusión, de consecuencias científicas inesperadas, al analizar los restos fósiles de una hembra de tetrápodo ossinodus pueri; estos demuestran que el animal sufrió una fractura que solo puede haberse producido por una caída fuerte en la tierra.
Esto no sería extraño, si no fuera porque la datación de los restos indica que tendrían 333 millones de años de antigüedad; es decir que el animal habría vivido antes de que los primeros tetrápodos salieran del agua para habitar la tierra, según consignan todas las teorías acerca de la evolución de los vertebrados.
El director de la investigación publicada por la revista Plos One, Peter Bishop, explica que, además de lo que puede leerse en la fractura y la caída, características óseas y de los vasos sanguíneos sugieren que habría pasado mucho tiempo en la tierra.