Extras, de Scott Westerfeld - Crítica literaria

Por Eltiramilla

Clasificación: Novela Fantástica
Cuarto tomo de la tetralogía Feos
Nuestra edición: Montena, 2011, 15’95 €
Valoración: 4 sobre 5

Nos ubicamos de nuevo en el mundo de Tally Youngbloog y los feos, cabezas de burbuja y especiales. Después de los sucesos acaecidos en el tercer libro de la saga, todos pensamos que ya estaban todas las ciudades en su sitio. Cada una eligió el sistema de comercio y de funcionamiento que prefirió, y una de ellas, de raíces japonesas, decidió volver a los orígenes y “pagar” con los materiales cada vez más escasos (esos que antes estaban reservados para los cabezas de burbuja) a los mejores ciudadanos. Algo muy fácil de medir cuando se trataba de trabajos como médico, investigador o policía, pero no tanto para los artistas, de ahí que decidieran también pagar dependiendo de la relevancia socio-cultural de la persona. Desde entonces todo el mundo quiere estar dentro de las primeras posiciones en notoriedad. Ahora imaginaos un concurso de popularidad en toda una ciudad, así vive Aya Fuse, que además se encuentra más allá de la barrera de los cien mil, es decir, virtualmente no es nadie. Pero, claro, es una chica de recursos y decide hacerse lanzadora como su hermano. No, no me refiero a que vaya a practicar un deporte, sino que va a dedicarse a lanzar historias y a hacerse famosa con ellas. Digamos que es una especie de periodista con un blog. Obviamente, no todo iba a ser fácil en este camino y, aunque encuentra la mejor historia de la ciudad, pronto descubre que detrás de esa hay otra aún más importante que puede afectar la seguridad de todo el mundo. Tan importante como para conseguir que la persona situada en el puesto número 1 de popularidad se fije en ella.

En este cuarto volumen de la saga cambia todo con respecto a los anteriores: ni estamos ante una protagonista que se deja llevar como lo era Tally Youngblood, ni nos adentramos en la misma sociedad (siendo esta mucho más interesante desde un punto de vista filosófico y actual), pero sí tenemos una continuidad temporal y de conceptos. Hay una cosa muy clara, y es que a estos libros no puedes acercarte si esperas encontrarte palabras que sean todas absolutamente todas normales. Como buena novela que trata sobre el futuro, una de las cosas que evoluciona es el lenguaje, de tal manera que habrá expresiones muy concretas que sólo podremos comprender utilizando la imaginación y nuestro conocimiento del mundo. Por ejemplo, me refiero a frases como “cabeza manga”, cuyo significado se identifica perfectamente gracias al contexto. En cuanto a lo que sucede durante el libro y si merece la pena después de haber “soportado” a Tally (a veces tan insufrible), tengo dos respuestas para vosotros: la corta y la larga. La corta: sí. La larga: sí, pero… solo si no te molestan esas expresiones y una cierta velocidad en el desarrollo de los sucesos. Eso sí, nuestra querida Aya Fuse posee una lógica innegable y la convicción necesaria para perseguir una historia a cualquier precio. Y sí, en Extras también hay sentimientos, pero desarrollados de una manera muy especial, a saltos, sobre todo debido a lo accidentado de los hechos. Es decir, no existe una aceleración de los sentimientos, sino que van surgiendo y afianzándose de una manera muy tranquila y sencilla.

En definitiva, se trata de una obra muy recomendable para aquellos que adoraron el estilo del autor durante los primeros tres libros… y una forma de dar una nueva oportunidad a Scott Westerfeld para aquellos que odiaron a los personajes del comienzo de la saga. Eso sí, si lo que no os gustaba era el estilo de “nueva lengua” que se utilizaba en Traición, Perfección y Especiales, más os vale no acercaros a este. Tampoco esperéis muchas concesiones a los supuestos orígenes japoneses, puesto que apenas tienen importancia. Y sí, Aya Fuse es mucho mejor que Tally como protagonista. Además, su cámara es un personaje en sí mismo, muy divertido y entretenido.