La idea de una mujer con una eyaculación ha sido comúnmente abordada como algo extraño o imposible. Quizás la llegada del fantasma del escepticismo a este ámbito se deba a la cuestión cultural que solo el hombre es el capaz de dar eyaculaciones -por razones más que obvias- o a la pornografía, una ventana que devela más retratos que realidades, tan absurda que evidentemente la cerramos para ser abierta solo en casos de curiosidad hacia el disparatado mundo de las perversiones.
Las mismas posturas posmodernas de nuestra actualidad han hecho que dudemos de muchas cosas de la Internet, algo que se justifica en medio del aluvión de noticias falsas presentes, aunque contradictoriamente muchas más disparatadas son aceptadas como verdaderas... En el caso de la eyaculación femenina, su credibilidad ha sido frágil; incluso adjudicando el fenómeno más a efectos CGI o expertos en efectos especiales tradicionales, que en lo que ven nuestros propios ojos. Si bien, las imágenes pueden llegar a ser surrealistas en ocasiones, en realidad son actrices expertas con esta condición, dedicadas al subgénero porno “squirt”.
En este mundo de la pornografía, alcanzar el orgasmo significa una suerte de fuente humana de placer, con chorros de líquido expulsados desde la vagina; un hecho que los más mojigatos juzgan o niegan implacablemente por el prejuicio y la omnipresente ignorancia. Aunque es verdadero; solo un reducido grupo de mujeres puede hacer alarde de sus dotes vaginales con esos fantásticos chorros a presión; sin embargo, el resto es capaz de experimentar expulsiones de fluido en menor medida, gracias a condiciones anatómicas, técnicas de masturbación o a la correcta estimulación durante las relaciones sexuales.
Lo cierto es que la eyaculación femenina existe; y se ha hecho cada vez más pública, gracias a la Caja de Pandora del World Wide Web; el espacio virtual en el que convergen millones de websites dedicados al instinto más primitivo de la humanidad: el placer sexual. La red ha contribuido a sacar a la luz este tema, y muchas mujeres que por años han padecido de vergüenza ahora no se sienten fenómenos; en fin, se está rompiendo ese tabú erigiendo a la eyaculación femenina como un nuevo territorio a explorar, donde algunos han salido airosos y otros no tanto…
¿Qué ocurre que a todas las mujeres no les pasa? Al parecer no todas pueden tener eyaculaciones tan espectaculares como podríamos ver en una película porno; para algunas es más fácil que para otras. También la cantidad de fluido varía, asimismo el tamaño de las glándulas de Skene, -incluso hay mujeres que no las poseen-; además es determinante el tipo de estimulación que se reciba. Los expertos recomiendan el correcto contacto con el punto G y toda la zona vaginal.
Estudios señalan que al menos dos mujeres de cada cinco (40%) refieren proyectar un líquido cuando alcanzan el orgasmo durante la masturbación por estímulo del clítoris. Y entre aquellas mujeres que afirman haberse encontrado el punto G en el interior de su vagina, la gran mayoría (82%) dice que eyacula un fluido durante el orgasmo producido mediante la masturbación.
Otras investigaciones, algo más explícitas, señalan que la mayoría de las mujeres (60%) expulsan un líquido durante el orgasmo, aunque no lo hagan a presión (sin eyaculación), como un brote más intenso del habitual. Es decir, que con el orgasmo añaden más humedad a la que ya existía por la excitación.