Facebook y las regiones del cerebro

Por Guillermina

Hasta hace un par de semanas Facebook tenía más de 750 millones de usuarios. En dicha red social virtual, como en otras como MySpace, los usuarios se mantienen en contacto con sus amigos de forma –a veces bastante- visible. Los usuarios de dicha red podemos darnos cuenta de que hay cierta variabilidad en el número de amigos que cada usuario tiene. Las razones de dicha variabilidad siguen perteneciendo al mundo de la especulación.

Imagen de Autumntomada de aquí.

Hasta hace muy poco si la red de amigos en Facebook reflejaba o no el tamaño de las redes sociales en el mundo real (no virtual) seguía siendo poco claro y, a falta de datos empíricos, especulativo también. Podría ser que, por ejemplo, el tamaño de la red virtual tuviera una base neural. De hecho, en un estudio reciente se encontró que el tamaño y la complejidad de las redes sociales no virtuales estaba relacionado con el tamaño de la amígdala derecha e izquierda. Por lo tanto, la idea de que el tamaño de la red de amigos en Facebook estuviera relacionado con el tamaño de alguna región cerebral no es para nada descabellada.En un bonito estudio llevado a cabo por investigadores del Reino Unido y Dinamarca liderado por Ryota Kanai y Geraint Rees un grupo de investigadores se dieron a la tarea de averiguar lo anterior y, además, identificar las regiones del cerebro asociadas con el tamaño de la red social de un grupo de usuarios de Facebook. Los autores además pensaron que tal vez las habilidades necesarias para mantener las redes sociales virtuales y las no virtuales podrían ser diferentes y que, por lo tanto, el tamaño de diferentes regiones cerebrales podría relacionarse de forma diferente con el tamaño de cada tipo de red social. Para averiguar lo anterior, el equipo anglo-danés utilizó imágenes cerebrales por resonancia magnética (IRM) de 125 individuos, principalmente estudiantes. Con las IRM se obtiene una medida macroscópica de la anatomía del cerebro que ha sido utilizada de forma exitosa como correlato para identificar diferencias individuales con respecto a un montón de contextos como desempeño sensorial, habilidad introspectiva, orientación política, etc. De particular interés en este estudio fue el tamaño de aquellas regiones cerebrales que se relacionan con la cognición y la conducta social como aquellas implicadas en el reconocimiento de pistas sociales, teoría de la mente, memoria, etc. El tamaño de varias regiones cerebrales fue entonces relacionado con el número de amigos que los individuos tenían en Facebook y en otras redes sociales no virtuales.Los autores encontraron que el lado derecho de la amígdala cerebral estuvo asociada con el tamaño de las redes sociales virtuales y no virtuales, pero tres áreas cerebrales estuvieron asociadas específicamente con el tamaño de la red social virtual: el lado derecho del surco temporal superior, el lado izquierdo de la circunvolución temporal media y la corteza entorrinal.

Se ha observado que el surco temporal superior está asociado con la percepción del movimiento, pero también con la percepción de las intenciones de otros y la navegación en redes sociales. La corteza entorrinal se relaciona con la memoria asociativa, por ejemplo, la que necesitamos para memorizar pares de nombres y caras. Por lo que el hecho de que esta región esté asociada con redes virtuales –pero no con redes no-virtuales- podría sugerir que la participación de esta región relacionada con la memoria es indispensable para lidiar con una red virtual más grande que la no virtual. En general, el hecho de que haya regiones relacionadas exclusivamente con redes sociales virtuales sugiere que para lidiar con este tipo de redes podría ser necesaria una cognición social particular. 

Amigos en Facebook. Imagen de Matt Held.

Por otro lado, los autores encontraron que el tamaño de las redes virtuales (el número de amigos en Facebook) estuvo relacionado con el tamaño de las redes no virtuales. Este hallazgo apoya la idea de que los usuarios de redes virtuales utilizan estas herramientas en línea para mantener y fortalecer redes ya existentes, en lugar de simplemente crear redes de amigos nuevos y virtuales.

Una cosa que no nos dice el estudio del equipo anglo-danés es si aquellos individuos con una cierta estructura cerebral son más propicios a tener redes sociales virtuales de mayor tamaño o si ciertas áreas pueden incrementar su tamaño dependiendo de las posibilidades y necesidades impuestas por la vida virtual. No debemos olvidar que encontrar una correlación no es prueba de causa y efecto, por lo que un estudio longitudinal de usuarios de Facebook podría darnos más información acerca de la plasticidad neuronal del cerebro y/o sobre las bases biológicas de nuestras tendencias en línea. Hoy en día que se habla mucho de la forma en la que Internet ha cambiado nuestros cerebros, pero sin pruebas palpables al respecto. En ese sentido, este tipo de estudios empiezan a darnos pistas respecto a la forma en la que nuestros cerebros pueden –o no- ser maleables a los retos impuestos por la variedad de medios sociales contemporáneos. Artículo de referencia:

Kanai, R., Bahrami, B., Roylance, R., & Rees, G. (2011). Online social network size is reflected in human brain structure Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences DOI: 10.1098/rspb.2011.1959