Factores que condicionan qué tratamiento aplicar para eliminar las piedras del riñón

Por Cateterdoblejota @cateterdoblej
Desde los inicios del blog uno de los temas estrellas es el de los cálculos (piedras renales), que en algunas ocasiones son las “causantes” de que se porte el catéter doble jota. Muchos comentarios hay preguntando sobre cuál va a ser el tratamiento que se les va a aplicar o cuál es el más indicado, si va a ser cirugía abierta, laparoscopia, litotricia, simple medicación, etc. Hoy en día, las posibilidades son muchas y cada caso, como siempre digo, es diferente y debe ser evaluado de manera individual por el médico.
Para decidir qué tratamiento se lleva a cabo, hay muchos factores que lo delimitan. Algunos de ellos son:
NÚMERO DE PIEDRAS: Si tienes varias piedras y sobre todo en diferentes ubicaciones, el tratamiento puede ser diferente, y a veces, no se podrá eliminar todas las piedras en un único procedimiento.
UBICACIÓN DE LA/S PIEDRA/S: Es diferente el tratamiento si la piedra está en el riñón, en el uréter o en la vejiga.
TAMAÑO DE LA/S PIEDRA/S: Cuanto más pequeñas la piedras, más oportunidad para tratamientos menos invasivos. Si los litos son más grandes, más probabilidades de tratamientos quirúrgicos y/o endoscópicos.
DUREZA DE LA/S PIEDRA/S: Uno de los tratamientos menos invasivos es la litotricia extracorpórea, pero si la piedra es muy dura (algo normalmente determinable por determinadas pruebas como el TAC), estos tratamientos no funcionaran, con lo que se puede convertir en un factor más importante de lo que se cree.
COMPOSICION DE LA/S PIEDRA/S: Ya se ha comentado en el blog que la composición química de las piedras no es siempre igual, habiendo de oxalato cálcico, de fosfato cálcico, de ácido úrico, de estruvita y de cistina. Hay algunas de estas que son “radiolúcidas” (se caracterizan por ser invisibles a los rayos X), por ejemplo, las de ácido úrico, esto hace que tratamientos como la litotricia extracorpórea sean muy difíciles de aplicar en estos casos.
EDAD Y SEXO DEL PACIENTE: En ocasiones el ser mujer u hombre hace más o menos indicados unos determinados tratamientos, por ejemplo la cistoscopia. Respecto a la edad, es evidente que la condición física suele deteriorarse con los años y por lo tanto afectar en una posible intervención.
PADECER SOBREPESO U OBESIDAD: Si una persona es obesa, algunos tipos de tratamientos serán muy difíciles.
ESTAR O NO EMBARAZA: Es un factor claramente limitante en cuando a los tratamientos, sin ir más lejos, no debe ser irradiada.
PRESENCIA DE INFECCIÓN URINARIA: Si tenemos infección, somos pacientes de riesgo, y se ha de evaluar si primero se trata la infección hasta que remita y después se actúa “contra” la piedra o se realizan ambas cosas al unísono.
AFECTACIÓN DE LA FUNCION RENAL: Cualquier alteración mantenida del funcionamiento renal, sea por fallo de la irrigación del órgano como por lesión directa de sus tejidos, puede derivar en una insuficiencia renal, que condicionaría clarísimamente el tratamiento a aplicar.
ALTERACIONES EN LA ANATOMÍA DE LA VIA URINARIA: La presencia de variantes en la anatomía normal (por ejemplo, duplicidades), la presencia de estrechez en la via urinaria (estenosis), malformaciones congénitas o alteraciones en la ubicación habitual del riñón, van a condicionar la forma de tratar al paciente.
PADECER OTRAS ENFERMEDADES: No es lo mismo tratar a una persona con únicamente cálculos, que a una persona que además es diabética, padece problemas de coagulación, hipertensión u otros problemas cardiacos, etc.
TECNOLOGÍA DISPONIBLE Y LISTAS DE ESPERA: Esto es una de las cosas que más nos suele molestar a los pacientes… que nos digan que hay que esperar unos meses o que no se dispone de tal tratamiento pero sí de otro. Hay casos, por desgracia, en que pudiendo aplicar tratamientos menos invasivos, por no disponer de ellos, se aplican intervenciones más “fuertes”. Es lo menos deseable, pero es un factor claramente limitante.

Lo anterior son algunos (entre otros muchos) de los factores que pueden delimitar el tratamiento a aplicar para eliminar los cálculos renales. No obstante, debe ser nuestro urólogo o nuestra clínica de urología los que deben valorar e indicarnos el tratamiento más idóneo para cada uno de nosotros.