Farmacología del sueño

Por Vali

Los medicamentos no curan. Son de gran ayuda para paliar síntomas, pero si no somos capaces de resolver la causa del problema no podremos controlar la enfermedad.

Es cada día más común y preocupante el porcentaje de personas que utilizan fármacos para dormir. No es ningún capricho el que los fármacos de tipo hipnótico necesiten de receta médica para ser adquiridos, aunque cada día hay menos rigor en su venta. Este tipo de medicamentos necesitan de un control de consumo porque son peligrosos. Es muy frecuente el abuso de este tipo de fármacos que nos ayudan a conciliar el sueño. La mayoría de las veces el trastorno del sueño se inicia por “una simple (o no tan simple) preocupación de la vida cotidiana” pero no debemos “engancharnos” a medicamentos para dormir, debemos preocuparnos en resolver la causa o motivo del insomnio.

El siguiente post es un resumen (sin profundizar en la parte científica) de los tipos de fármacos que se utilizan y sus efectos adversos y complicaciones.

El hipnótico ideal es un fármaco que deberá inducir el sueño de forma rápida y predecible, mantener un periodo de sueño de 7-8 horas, evitando despertares frecuentes, es necesario que preserve la arquitectura del sueño (fases NREM y REM). No debe producir efectos adversos y su eficacia no debe disminuir si se administra de forma prolongada.

En las situaciones clínicas en las que esté indicado administrar un hipnótico, el tratamiento se complementará con una buena “higiene” del sueño y con terapias conductuales.

Tipos de hipnóticos:

  • Hipnóticos barbitúricos
  • Hipnóticos benzodiacepínicos
  • Hipnóticos no barbitúricos no benzodiacepínicos

Hipnóticos barbitúricos

Se han abandonado para el tratamiento del insomnio debido a sus numerosos efectos adversos.

Hipnóticos benzodiacepínicos

Inducen tras su administración una disminución de la latencia para el comienzo del sueño, disminuyen el número de despertares.

Con algunos fármacos desaparecen por completo las fases 3 y 4 del sueño NREM (ondas lentas). En todos los fármacos de este tipo se produce un aumento de la fase 2 del sueño NREM, por esta razón el sueño REM aparece de forma más tardía aunque su estructura no sufre modificaciones.

Insomnio transitorio.

No debe prolongarse el uso de fármacos más de 3 días

Insomnio de corta duración

Al hipnótico se debe asociar un buena “higiene” del sueño.

No se debe prolongar el tratamiento por más de 3 semanas.

Insomnio crónico o de larga duración 

Se debe de realizar una valoración médico-psiquiátrica, y debe de ser tratada la causa del trastorno y asociar un hipnótico. Cuando no hay una causa médico-psiquiátrica que justifique el trastorno del sueño se deben de tomar medidas de “higiene” del sueño y terapias psicológico-conductuales, asociando un hipnótico por un periodo no mayor de 3-4 meses.

Efectos adversos

Con el uso de este tipo de hipnóticos (benzodiacepínicos) pueden aparecer los siguientes síntomas:

Somnolencia y sedación. Ataxia (descoordinación de movimientos).  Disartria (trastorno del habla). Diplopía (visión doble). Vértigo. Mareo. Pérdida de la memoria reciente. Reacciones de hostilidad. Depresión.

Reacciones paradójicas

No se puede predecir en que personas pueden aparecer y en cuales no.

Hiperexcitabilidad. Ansiedad. Agitación. Confusión. Amnesia anterógrada (a partir de la ingesta). Alteraciones afectivas (pánico, depresión). Problemas de conducta (incluida la agresión). Sonambulismo.

Contraindicaciones

No deben utilizar este tipo de fármacos:

Si se padecen apneas del sueño. Alcoholismo. Durante el embarazo (especialmente el primer trimestre)

Deben de usarse con precaución en:Ancianos. Enfermedades respiratorias. Depresión.

Personas con trabajos de riesgo, debido a la posibilidad de somnolencia diurna (conductores de automóviles, autobuses, tren; pilotos; operadores de máquinas peligrosas, etc.)

Tolerancia

Se requieren cada vez más dosis de fármacos hipnóticos para conseguir el mimo efecto.

Es variable, dependiendo del tipo de hipnótico. En la mayoría aparece tolerancia tras 1-2 meses de utilización.

Rebote del insomnio.

La supresión brusca del fármaco puede producir que reaparezca el insomnio.

Para evitar el efecto rebote se debe disminuir la dosis progresivamente hasta la eliminación.

Abstinencia.

Se produce por abuso de fármacos o por utilización de dosis inapropiadas.

Síntomas: trastornos del sueño. Ansiedad. Euforia. Irritabilidad. Dolores musculares. Temblor. Cefalea. Náuseas. Pérdida de apetito. Adelgazamiento. Sudoración y visión borrosa. Hipersensibilidad a los ruidos, luz, olores. Despersonalización. Psicosis. Convulsiones.

Hipnóticos no barbitúricos no benzodiacepínicos

Son poco utilizados porque provocan numerosos efectos adversos.

Se utilizan en casos muy específicos como el “delirium tremens” en los alcohólicos, en la agitación y confusión en los ancianos,….

Los fármacos (no sólo los hipnóticos) pueden ser de gran utilidad, pero no debemos de abusar de su utilización, debemos de reservarlos para los momentos específicos en que sea necesario su uso.

C.Valiño