Los fármacos contra la artrosis conocidos como sysadoa cuestan al Sistema Nacional de Salud 36 millones al año, desde la temporada 2003 que está aprobada su comercialización. En el mercado existen hasta medio centenar de presentaciones diferentes de los mismos pero Sanidad lleva meses estudiando su desfinanciación pública por su falta de efectividad.
El principio activo de los sysadoa (por sus siglas en inglés SYmptomatic Slow Acting Drug for OsteoArthritis) es condroitina sulfato sodio y se recetan para la enfermedad reumatológica más frecuente en España, la artritis.
Se emplean como tratamiento sintomático de la artrosis, para la reducción del dolor y la mejoría de la función y se postulan como posibles modificadores de la enfermedad o condroprotectores, porque retrasan la progresión del deterioro del cartílago articular.
La respuesta fue que la gerencia del servicio sanitario de Baleares rescindió el contrato de Calvo y cerró el boletín farmacoterapéutico El Comprimido, donde se había publicado la crítica a los sysadoas.
Con posterioridad, fue otro boletín farmacológico, en esta ocasión el catalán Butlleti Groc, el que hizo una revisión que concluyó que los fármacos denominados "de acción lenta" en el tratamiento de la artrosis carecen de eficacia.
Los resultados de los ensayos clínicos publicados sobre glucosamina, condroitín sulfato, ácido hialurónico y diacereína en pacientes con artrosis de rodilla o de cadera indican que estos no mejoran el curso de la enfermedad.
Un metanálisis publicado en el año 2010 concluye que estos fármacos no reducen el dolor ni tienen un efecto significativo sobre el espacio interarticular. En la web Hemos leído, también realizadas por profesionales sanitarios, ratificaban la postura de Calvo y quienes critican a los sysadoas por su falta de eficacia y hacían un repaso de la situación en diversos países, ni mucho menos tan buena como la que goza este tipo de tratamientos en España aun hoy.
En Dinamarca y Suecia se han retirado de la financiación pública y en Estados Unidos, Reino Unido o Francia nunca se han financiado, considerándose suplementos dietéticos.
La Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias publicó en 2014 un informe en el que se revisaban las evidencias disponibles y que ofrece datos como que las guías de mayor calidad recomiendan no usar los productos Sysadoa en el tratamiento de la artrosis de rodilla y cadera. Y recomendaba excluir estos fármacos de la financiación pública.
También decía que había que informar a profesionales y enfermos sobre la artrosis y la nula efectividad de estos fármacos para combatirla. Anda que no tiene trabajo el nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa, si de verdad quieren acabar con las pseudociencias y pseudoterapias.