Los farolillos hechos con calabazas son el símbolo de esta fiesta otoñal. Para hacer uno necesitamos una calabaza de tamaño decente, un rotulador, un cuchillo afilado y varias velas.
Le dibujamos una cara a la calabaza y la abrimos por la parte de arriba en zig-zag o con un corte limpio para sacar las pepitas con las manos. Cuándo las tenemos fuera y separadas de la pulpa podemos hacerlas saladas y al horno, hasta que estén crujientes. Con la pulpa podemos hacer compota.
Recortamos, con mucho cuidado, las facciones que hemos dibujado. Para las calabazas simpáticas utilizamos las curvas redondeadas y orientadas hacia arriba. Si es una calabaza malvada le pintaremos las facciones empleando líneas rectas, quebradas y orientadas hacia abajo.
Finalmente, ponemos un par de velas dentro y, cuando se haga de noche, las encendemos.