En nuestra práctica diaria, a menudo surgen dudas y necesidades de información. Ante tal hecho, tenemos 2 opciones:
-Dejarlo estar y que alguien nos resuelva la duda o que el tiempo la diluya.
-Formular la duda en términos de pregunta contestable e iniciar la "caza" de la mejor información.
Si tu opción es la primera, te puedes ahorrar seguir leyendo. Pero si tus inquietudes te dirigen a la segunda opción, has de saber que te estas enbarcando en la primera fase de la EBE: la formulación de una pregunta estructurada y concreta que pueda responder a la incertidumbre o problema identificado.
Las preguntas de tipo “general” se construyen con una interrogación inicial: ¿Qué? ¿Cuál? ¿Cómo? ¿Cuándo? y son muy frecuentes en el inicio de nuestra práctica profesional (Asking answerable, 2005).
Ejemplos: ¿Cuándo es necesario incluir a un paciente en el programa de diabetes?, ¿Cómo diagnosticamos un “alto riesgo de lesión?
A medida que adquirimos experiencia con los problemas clínicos las preguntas son mucho más “específicas”, lo que obliga a precisar mucho más la necesidad de conocimiento.
Ejemplo: En un adulto de 52 años,alteración de la nutrición por exceso r/c una dieta inadecuada m/p IMC:46% y deterioro de la movilidad física r/c exceso de peso m/p la disminución de las actividades realizadas, ¿es efectiva la dietoterapia aislada de otras medidas terapéuticas?.
Dada la complejidad de estos planteamientos, se necesita una herramienta que nos ayude a hacer estas dudas manejables, y pare este fin tenemos la estrategia PICO de David L. Sackett (que es la utilizada en las practicas basadas en las evidencias). Esta estrategia define 4 componentes que forman el sistema PICO (Pregunta, Intervención, Comparación y Outcome=resultado).