La última fase de la EBE es evaluar la repercusión de los cambios introducidos en la práctica, para identificar si éstos han sido o no efectivos (aqui me gustaría recomendaros la lectura de este articulo sobre el uso de los conceptos efectividad, eficacia y eficiencia en el sector de la salud) . La situación ideal es que la evaluación se lleve a cabo analizando resultados sensibles a las intervenciones de enfermería (NIC), con la finalidad de estimar los beneficios, daños y costes de las intervenciones, y como ejemplo de modelo de evaluación podemos ojear esta Guia editada por el Ministerio de Salud de la República de Nicaragua.
En el caso de que los estandares no existieran, los resultados obtenidos en la evaluación nos van a permitir formular unos estandares de cuidados (la enfermeria basada en le evidencia cuenta ya con una base de calidad) que a partir de ese momento van a servir para medir la mejora en la calidad de las intervenciones.
Cerrando el círculo en esta fase, la Enfermería Basada en la Evidencia se constituye como un proceso de mejora de la calidad asistencial.