Las parejas hoy se pasan media vida tratando de evitar quedarse embarazados y otra media tratando de lograrlo. Esto es de una esquizofrenia que asusta. Con sólo respetar las reglas de la naturaleza, y tratar de tener los niños cuando se debe (no cuando a mí me apetece) tendríamos mucho arreglado. No se trata de frivolizar con un problema que es muy serio. Indudablemente, hay problemas físicos irresolubles. Y circunstancias particulares en las que nadie debe interferir. Y parejas que por más que se den las condiciones óptimas, jamás podrán cumplir sus ansias de paternidad. Pero si empezamos por respetar la naturaleza, olvidando falsos clichés que se nos han introducido a la fuerza...
El debate sobre la FIV olvida el asunto de la prevención de la infertilidad. Habría que fomentar la moderación en el consumo de alcohol, prohibir las drogas y sobre todo, aplicar cambios sociales que fomentasen la vuelta a la maternidad a edades más jóvenes. Lo cual implica cambios sociales y culturales nada sencillos.
Hala. Ya está dicho. Ahora ya pueden empezar a lanzarme piedras los defensores de la modernidad.