Written by valedeoro // 17/02/2013 // felicidad // No comments
Un poco de perservancia: acércandote por un lado
Si no puedes llegar directamente al quid de la cuestión, a lo mejor puedes acercarte por otro camino. Si ser feliz es lo opuesto a ser infeliz puedes empezar por enumerar todas las circunstancias que te podrían hacer tu vida imposible. Aprovecha tu creatividad e inspírate en el peor caso posible, crea en tu cabeza una vida infeliz por excelencia.
¿Lista?
En mi caso sería algo así como: Tengo un trabajo monótono donde las horas extras sirven para apaçiguar al jefe, independientemente de los resultados que obtenga. Como tengo que pagar la hipoteca de un piso enorme y lleno de cosas, no puedo hacer otra cosa. Después del trabajo, bien entrada la noche, colapso frente a la TV y como los restos de la pizza congelada que dejó mi pareja. Por falta de tiempo y energía he dejado de hacer deporte y los fines de semana me quedo en casa, comiendo y mirando TV. Hace tiempo que no he visitado a nadie, ni he recibido la visita de nadie y no tengo inspiración ni para escribir la lista de la compra. …
Restar en vez de sumar: aplicando la via negativa
Ahora tienes una lista de cosas sobre las cuales puedes trabajar. Aunque la mayor parte de las cosas descritas no son reales, te indican donde están tus prioridades y cómo puedes hacer tu vida más amena. Puedes empezar a sacar cosas negativas de tu día a día. Si te estresa la comida basura en la nevera: tírala y pon ingredientes frescos. Si ver TV te deprime, sácala de tu casa (o cúbrela mientras te desacostumbras a ella). Si las conversaciones por teléfono con tu madre te agobian, reduce la frecuencia. Si tu armario lleno de ropa te ahoga, deshazte de las prendas que no utilizas.
Sacando las influencias negativas de tu vida, reduces las fuentes de estrés y por lo tanto eres un poquito más feliz. Pueden ser cosas, pueden ser personas, pueden ser situaciones. Con cada aspecto negativo vencido, tienes un poquito más de energía y espacio para añadir algo positivo. O para respirar y disfrutar del espacio abierto.
La vía directa a la felicidad no existe. Y menos mal que no hace ni falta. Te puedes acercar a tu ritmo y dar tantas vueltas como haga falta. Aquí si que lo importante es el camino.