¡Que disfrutéis los días que quedan de fiesta, y que los Reyes vengan cargaditos de regalos!
¡Esperamos que leáis mucho este 2013, al igual que nosotros! :D
Hace unos días, María escribió un pequeño relato, pero entre unas cosas y otras, no lo hemos podido publicar, así que este día me parecía bastante bueno para publicarlo y que podáis disfrutar de él.
La Noche Buena de Len
Eran los días de Navidad, concretamente Noche Buena. El viento soplaba fuertemente y el frío se adentraba en la piel de aquellos atrevidos que salían a la calle para celebrarlo.
Len estaba en su casa, acompañada de su familia, a la que tanto quería. Junto a ella disfrutó de una magnifica cena, repleta de comida, que si langostinos, chuletas de cordero, ensalada para acompañar… pero había algo que durante el banquete y los días anteriores esperaba y, esa noche llegaría.
Junto a su hermano mayor, ella se separó del resto de personas y se dirigió hacia su habitación, convencida de encontrar allí una sorpresa, pues hoy Papá Noel visitaba las casas de aquellos niños que se habían portado bien durante todo el año.
Apresuradamente encendió la luz y, al dirigir la mirada hacia su cama, encontró algo envuelto en papel de regalo. Muy contenta lo cogió y vio que allí, en letras sombreadas y no muy grandes, estaba escrito su nombre. Era un regalo para ella, y… lo mejor de todo, ¡era del mágico Papá Noel!
Peter, que así se llamaba el hermano, la alzó entre sus brazos y la acercó a la ventana, indicado a su vez, una luz que se movía y brillaba en el cielo. Len, por más que miraba no conseguía ver esa luz, hasta que él la dijo quien se encontraba en el lugar de esta, descubriendo así que era esa lucecita de brillo tan intenso… la ilusión, la felicidad y el amor que aguardaban los regalos que llevaban Papa Noel y sus renos en el trineo.
FinHebe (María Blázquez)