“You don”t take a photograph, you make it”
(Ansel Adams)
Me gusta mucho observar todo lo que me rodea y a veces escribo sobre ello o lo fotografío. Es la mejor manera de mirar dos veces.
Es problema es que la gente ha vanalizado tanto el tema de las fotos que cree que basta con posar, poner caras sonrientes y disparar trescientas cincuenta y cinco veces hasta conseguir la imagen perfecta. Pero se equivocan. Va mucho más allá.
Hacer una fotografía es CREAR un momento único. Da lo mismo si estás viendo el estallido de un volcán o a un gato tumbado en la ventana. He visto puestas de sol increíbles en Grecia, Valparaíso y no menos bonitas en mi pueblo, Villaverde de Guareña. Por eso estoy convencida de que una fotografía no tiene nada que ver con el lugar, con la cámara o con lo bien que pose el modelo. Tiene que ver con el momento.
Ahora vamos tan rápido que la gente prefiere capturar cientos, miles de momentos para luego decidir (eliminar imagen, retocar, poner filtros) cuál de todos fue el mas perfecto. Es un intento constante de capturar el presente sin prestarle atención para luego compartirlo sin tener muy claro qué lo hizo tan especial, si fue la luz , la emoción, el ruido o el silencio. No lo entiendo.
Por eso yo sigo a lo mío, capturando momentos únicos, jugando a recordar con imágenes instantes mágicos que viví en Rumania, en Nueva York o en mi casa de Salamanca, fotografías que hice con el móvil o con la cámara, algunas de paisajes y otras con personas que no siempre miran a la cámara, robados, posados divertidos, escenas únicas que se vuelven eternas precisamente porque pudieran ser fotografiadas.
Aquí va una humilde selección de lo que me pide mi ojo fotográfico. Disfrutadla.