¡Feliz día de la Madre, mañana!

Publicado el 07 diciembre 2012 por Dolega @blogdedolega

No me he vuelto loca, les explico:

Hay cosas que uno lleva grabadas a fuego en su idiosincrasia y aunque pasen miles de años no puede cambiar. Yo tengo dos metidas en mi ADN.

La primera es que lo que en España son cristales, para mí son vidrios. Da igual que sean de la ventanilla del coche “Niño, sube el vidrio por favor” ó que sean puertas “Llegas, pasas la puerta de vidrio…” ese detalle delata al interlocutor avispado, que no siempre viví en Madrid.

La segunda es que, en mi casa se celebra el día de la madre el 8 de Diciembre, día de la madre en…Panamá.

Si cualquiera de ustedes pregunta en mi casa, qué se hace el 8 de Diciembre, sin duda le contestarán “Poner el arbolito y sacar a comer a Mamá” y efectivamente así es. Mañana es la única actividad que hay que hacer, pase lo que pase, llueva, truene ó lleguen los Mayas con malas noticias. ¡Da lo mismo!

Este día ha pasado por todas las etapas de nuestra vida como familia:

Al principio

Compra de Arbolito natural que nos costaba Dios y ayuda meter en el coche y que los vecinos nos decían con grandes aspavientos ¡“Pero dónde vais con árbol, chicos”! Mientras el Consorte contestaba ordinarieces por lo bajo y yo me partía de risa.

Meter el pino en una maceta gigante que aguardaba durante todo el año en la terraza y que solo tenía esa utilidad.

“Más a la derecha, a la izquierda una pizca. No, sigue torcido, gíralo un poco más…“ Y así hasta que la perfecta verticalidad hacía su aparición y estaba listo.

Toda la mañana adornándolo con los niños y de repente el Consorte aparece con un gran ramo de flores para felicitarme el día de la madre. Siempre hay que sacarme a tirones de casa a comer, porque intento, sin éxito, terminar la decoración de la casa antes de salir.

Unos cuantos años después

Subir el arbolito artificial traído de Montreal- “O traes el maldito arbolito en este viaje, o no entras en casa, tú verás”- Meter al Consorte debajo del arbolito con la llave mágica de la perfecta verticalidad, “no, más a la derecha, más… más… te pasaste, ahora está torcido para el otro lado”,

“Papá déjame a mí” Niño entusiasmado metido debajo del arbolito con la llave mágica de la perfecta verticalidad, “a la derecha… a la izquierda… ahí vale”

Adornarlo con los niños preguntando por la historia de todos y cada uno de los adornos, buscando los que habían hecho en el colegio para ponerlos y compitiendo entre ellos a ver quién ponía más muñecos.

Toda la mañana adornándolo y de repente el Consorte aparece con un gran ramo de flores para felicitarme el día de la madre. Siempre hay que sacarme a tirones de casa a comer, porque intento, sin éxito, terminar la decoración de la casa antes de salir.

Nos vamos haciendo mayores

Enconada discusión entre el Consorte y el Niño adolescente para ver cual de los dos NO va a subir el arbolito. “¡Más te vale que ayudes a tu padre a subir el arbolito ó la furia del infierno será una bobada comparada con mi mala leche!” Subida del arbolito intentando por todos los medios ver si logramos destrozarlo. Consorte metido debajo del arbolito con la llave mágica de la perfecta verticalidad y de mala leche “Así está bien, déjalo que te vas a hacer daño. Anda, sal de ahí”

Adornarlo con la Niña que siempre está de buen humor, rezuma alegría y tiene la cualidad de reconfortarme el alma, porque el Niño no colabora en esa “estúpida tradición impuesta por las multinacionales de los asquerosos estados imperialistas” y cuando ya tiene puestos más de la mitad de los adornos, aparecer el Niño

-Ese árbol está torcido, trae acá la llave, porque no hacéis nada a derechas.

- Ten mucho cuidado, que ya pesa mucho que está medio cargado.

-Bueno, pues si se cae tu caprichito anual y se destrozan los miles de pingajos que le cuelgan, eso que nos ahorramos para el año que viene.

-Si se te cae mi caprichito anual ó alguno de los pingajos que le cuelgan, se roza con el pétalo de una rosa, tus amigos tendrán que ir al Instituto Anatómico Forense a verte para quedar, te lo advierto.

Toda la mañana adornándolo y de repente el Consorte aparece con un gran ramo de flores para felicitarme el día de la madre. El Niño se niega a ir a comer por “la estúpida tradición de celebrar el día de la madre como en otro país” Al final lo convence el Consorte diciéndole con voz muy queda aquello de “O vienes a comer con nosotros y te comportas como una persona, ó te haré una oferta que no podrás rechazar”…

Siempre hay que sacarme a tirones de casa a comer, porque intento, sin éxito, terminar la decoración de la casa antes de salir.

En la actualidad

Tres días antes los hombres de la casa me suben el árbol,

El Niño se mete debajo con la llave mágica de la perfecta verticalidad y lo pone derecho en un plis plas. La Santa que aguanta al Niño viene a ayudar en la ardua tarea de adornarlo y dice que no ha visto nunca un árbol más bonito que éste, claro qué va a decir…

Toda la mañana adornándolo mientras yo paso largos ratos sentada en el sofá inspeccionando que no tenga claros y que los adornos están repartidos de manera homogénea y los jóvenes de la casa decidiendo una nueva ubicación de ciertos adornos para una mejor estética. De repente el Consorte aparece con un gran ramo de flores para felicitarme el día de la madre.

Siempre hay que sacarme a tirones de casa a comer, porque intento, sin éxito, terminar la decoración de la casa antes de salir.

En el futuro, continuará, espero…