La particularidad de su obra no se encuentra sólo en la posibilidad de revisar una buena parte de la biografía del poeta portugués, sino también en poder hacerlo desde las voces que le acompañaron a lo largo de toda su vida. Una vida que, como toda leyenda, contiene el desgarro de las situaciones imposibles, pero también la épica que se sobrepone a los reveses de una existencia marcada por el fracaso. «Hice de mí aquello que no supe,/ no hice lo que podía hacer de mí./ Vestí un dominó equivocado./ Pronto me conocieron como aquel que no era:/ no lo desmentí y me perdí».
En un mundo tecnificado que, cada día más, nos dirige nuestras vidas, Pessoay su obra nos permiten regresar al pasado; un pasado donde las personas todavía escriben cartas y sus historias de amor descansan sobre la soberbia de los sentimientos más profundos y la vitalidad de la búsqueda de una dignidad perdida en el curso de los tiempos. Historias en blanco y negro que, si se quiere, retoman la luz cuando llegan a Lisboa, una ciudad que, en Pessoa, se convierte en el cauce final donde los sueños se enfrentan con la realidad para crear un mundo nuevo e inesperado. Un mundo en el que los dioses, los mares, el hombre y la tierra, conforman una secuencia con la que darle cuerpo a un sueño: el de los dioses perdidos…, y no encontrados.
Ángel Silvelo Gabriel