
Y eso que Vettel había registrado la mejor vuelta en la Q1, con algo más de dos décimas sobre Lewis Hamilton y Nico Rosberg y tres respecto a Ricciardo. Pero el alemán apenas pudo mejorar a la hora de la verdad, mientras que sus rivales directos lograban arañar en torno a un segundo (algo más en el caso del australiano de Red Bull) al crono. Vettel no ocultaba su contrariedad.
"Estoy decepcionado, porque desde el jueves mejoramos mucho el coche y esta mañana comenzamos muy bien, pero según avanzaba la clasificación se me hizo más difícil conseguir agarre, lo que en este circuito te penaliza más. El coche comenzó a deslizarse mucho, no sabemos por qué, y mientras los demás iban cada vez más rápido nosotros hacíamos los mismos tiempos que al principio. De todas formas, la carrera es mañana y disponemos de un gran coche y un gran ritmo".
Por su parte, Räikkönen achacó su resultado a su incapacidad de hacer funcionar los neumáticos, pero confía en que la idiosincrasia de Mónaco pueda abrir las puertas a un mejor resultado en carrera.
"Nos ha costado hacer que los neumáticos trabajaran como nos hubiera gustado; el eje trasero se me iba, el delantero resbalaba y en un circuito como este si no tienes un agarre estable se pierde mucho tiempo. No estoy contento con mi posición y la sanción no ayuda, pero trataremos de obtener lo máximo. La carrera no va a ser fácil, pero aquí suelen suceder muchas cosas e intentaremos sacar el mejor partido y tomar las decisiones correctas si aparece el coche de seguridad".