Si bien no soy fan incondicional de la saga, no he podido evitar relamerme de ganas con tan deliciosos pastelillos. Las manzanitas están muy monas y los cupcakes son mi perdición. Incluso me gustaría picar algunas galletitas, que se ve que el fondant tiene buen sabor.
Y como añadido, tienen el cepillo con decoraciones de plata, el perfume para que tengas el mismo aroma dulzón de los vampiros (he de decir que el envase me parece una monada) y el brazalete con dijes que resumen la saga de Stephenie Meyer.
Siguiendo con la línea, tenemos calzado para gustos variados. Para andar en casa, para ir a la universidad, para una salida entre amigos ¡de todo para la comodidad de tu cuerpo y bolsillo!
Para que en el desayuno, almuerzo, cena, o intermedios no te olvides de tu vampiro favorito o del sexy hombre- lobo ¡llegaron los tomatodos y las tazas! Me quedo con el que dice Team Jacob y si pudiera, cambiaría la cara de Edward en esa taza ¡no me gusta nada para empezar el día!
Pasando ya a las cosas más raras y rebuscadas, están los chocolates de Luna Nueva y los caramelos en forma de corazoncitos multicolores. Hay que ver que cosas sacan para hacer negocio ¿a qué se supone que saben esos dulces? ¿a sangre? Porque si se supone que son relacionados con los libros no recuerdo otro sabor que puedan llevar...
Está también la bota navideña, para que Santa Claus les deje el regalo en Nochebuena; el juego de mesa, para divertirse una tarde junto a otros twilighters e incluso hay banditas para las heridas (?) por si pretendiendo ser un vampiro te haces un corte.
Y por último, lo más extravagante que he encontrado en mi odisea crepusculera: la ropa interior con la cara de Edward ¡hay que ser fans acérrimos para llevarlo, ¿no creen?
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