Arenas, piedras que sirvieron de lecho en las calurosas noches de luna llena, de apoyo para amoragar sardinas y hacer espetos, para secar y coser las recias redes.
Impresa en mi retina quedó la imagen de mi madre y de sus primas, sentadas a la sombra de aquel patio, junto al pozo rodeado de rojos geranios del que sacaban los cubos de agua fresca, resguardándose aún de los rayos de Sol mientras cosían, charlaban y reían. Yo escuchaba sus historias y me llegan sus voces nombrando a familiares y amigos: Mercedes María Rosa, Paqui la de la tita Mariana, Mariquita “La pelúa”, el “rubio”, el primo el de “La Lonja”, la prima “Rosi”, la prima Antonia (la del campo, la del cabrero), "Pepa" la madrina …..
La casa en la imaginación de mi niñez me parecía inmensa, grande, cada puerta, cada habitación se fue construyendo por mi bisabuelo pensando en cada uno de sus hijos, ampliándose con los terrenos colindantes, con la huerta de la parte trasera. Familias que se fueron uniendo con el paso del tiempo, trenzándose los Rodriguez con los Rosa, los Rosa con los Rodriguez, uniéndose lazos familiares con los vecinos el de “La Lonja”, “Los Cortijeros”, “Los del Paso a Nivel” (mi familia paterna), con “los mantequeros”, con……. y hoy en día es un gran restaurante que siguen la tradición gastronómica de la gente de la mar.
Yo la compré, no quería que se perdiera, compré ésa parte de la casa familiar de “Los Rosillas” que uní a “La Lonja” de la otra parte de mi familia, ésa lonja donde se subastaba el pescado y donde, en su taberna los hombres de la mar tomaban sus copas de vino….tu abuelo su sifón. Y seguí la tradición de mis abuelos, como ellos dos con sus tabernas, yo dejé la pesca y puse el restaurante: La Lonja. Seguimos las mismas recetas, los mismos platos, la misma forma de preparar el "pescao"
Le decía a mi marido como dijo el poeta: Si alguna vez olvido quién soy, ven y llévame al mar. A aquel mar, en aquel lugar, hoy tan diferente, en el que quizás mis mayores, mi gente, miraban al igual que yo hacía en aquel momento, al horizonte, al cielo, dejándome acariciar por la brisa y los rayos de Sol, en el mismo rebalaje, en El Palo.
Mi primo Manuel, el de La Lonja, es el propietario de ése restaurante paleño, donde ha sabido conservar la tradición gastronómica, los platos y recetas de los paleños de antaño codo a codo con su dulce Pilar, su mujer y sus hijas que seguirán ésa tradición marenga familiar, todo un arte gastronómico que ellos saben transmitir con sabiduría y profesionalidad.
¿CÓMO LA HICE?
Cuando compro jibia (choco, sepia…) suele ser de más de un kilo o dos,
100 grms. de jibia, 50 grms. de almejas, 4 mejillones, 50 grms. de cigalitas de Málaga, 50 grms. de gambas blancas, 1 tomate pequeño rojo, medio pimiento verde, un trozo pequeño de cebolla blanca, dos dientes de ajo, seis cucharadas soperas de melsa (el interior del bazo de la jibia), una cucharada pequeñoa de pimiento molido, medio vaso pequeño de vino blanco, un vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra, la tinta de la jibia (en su defecto, una bolsa de tinta de calamar que ya venden en cualquier supermercado), 2 vasos pequeños de fideuá (fideo gordo hueco), sal y cinco vasos de agua ( se necesitará aproximadamente el doble de volumen de caldo que de fideuá) .
LOS PASOS A SEGUIR:
Pelar el tomate, la cebolla y los ajos, cortarlos junto con el pimiento en trozos pequeños. En una sartén, echar la mitad del aceite de oliva virgen extra y a fuego lento freirlos hasta que esté totalmente pochada la verdura.
Pasarla por la batidora hasta conseguir que quede una masa lo más fina posible. Incorporar la melsa y el pimiento molido removiendo bien hasta conseguir que todos los ingredientes se integren. Reservar.
Echar enn otro recipiente el agua y un poco de sal, poner a fuego fuerte y llevar a ebullición, incorporar las cigalitas, cuando comience nuevamente a hervir (ya que son pequeñas), sacarlas con un colador. (Reservar dos por comensal para la fideuá, el resto las puse como aperitivo). Reservar igualmente el caldo resultante.
En una paellera o sartén grande echar una o dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra y ponerla a fuego fuerte. Cuando comience a humear, incorporar los trozos de jibia y saltearlos durante un minuto, removiendo a fin de que se hagan por todos los lados. Bajar a fuego medio y añadir el refrito junto con la tinta
Restaurante LA LONJACalle Banda del Mar 19El Palo (Málaga)
Tfno. 951 24 30 41